BERLÍN (AFP) - Una mujer alemana de 48 años acabó llamando desesperada a los servicios de emergencia para que la rescataran... de un amigo que fue a visitarla y estuvo hablando sin parar durante 30 horas, confirmó este martes un portavoz de la policía de la localidad de Speyer, al oeste del país.
El amigo se puso a explicarle sus problemas personales y la ingesta de alcohol hizo que su estado de ebriedad aumentara progresivamentes, pero eso no le impedía seguir hablando. Sin saber ya qué hacer, la anfitriona a la fuerza llamó al número de emergencias.
"Tras unas increíbles 30 horas de charla y varios intentos fallidos de que la visita se fuera, el pasado sábado, a la mujer no se le ocurrió nada más que llamar a una ambulancia", relató el portavoz policial.
Sin embargo, los servicios sanitarios se negaron a llevarse al amigo, por lo que la sufrida mujer telefoneó a la policía. Los agentes se llevaron al pesado amigo y lo dejaron en su domicilio.
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