EL SUELDO 14

Por Juan Isidro Inoa

En la actual gestión legislativa, que concluirá el próximo 16 de agosto, se debatió bastante la aprobación del “sueldo número 14”, que sería otorgado en el mes de julio a todos los empleados como ayuda para la compra de útiles escolares, uniformes, y pago de inscripción.

La presentación del proyecto creo muchas expectativas y esperanzas en los sectores medio y bajo de país, que son los más afectado al inicio de cada año escolar por los incrementos de inscripción y las mensualidades. Pero además está el cambio anual de los libros de texto, obligando a las familias a la compra de libros, evitando así la sucesión por los de cursos más bajos.
No sé de quién fue la idea, sólo sé que fue genial.

Lo que no ha sido genial es la complacencia por parte de nuestros legisladores, “los elegidos por nosotros”, con aquellos sectores de poder que se oponen a aportar una parte de sus ganancias en la educación de los hijos de aquellos que cada días entregan sus fuerzas en la creación de plusvalía para el disfrute del patrón, su esposa o esposas, queridas y sus hijos.

Todos sabemos la gran carga de impuestos que sobre los hombros de la clase media recaen y la limitaciones económicas de la clase baja, pero también sabemos de los compromisos adquiridos por nuestros legisladores con los empresarios, lo que los obliga a la hora de tomar una decisión, a inclinarse, no por quienes le dan el voto, sino por quienes le dan el dinero.

¿Cuándo se ha legislado para los de abajo y la clase media? Nunca.

Es tiempo de que se le dé un caramelito de entretenimiento (ayuda), a los que en los procesos electorales se fanatizan, se entregan y hasta mueren por la defensa de un voto o posición de esos que al llegar a su curul los olvidan.

Los padres reciben con alegrías las buenas calificaciones de sus hijos al final del año escolar, pero inmediatamente comienza el dolor de cabeza de cómo conseguir el dinero para su entrada del próximo año.

Los verdaderos capitalistas dan a sus empleados parte de sus beneficios con tal de mantenerlos felices y contentos y lograr de ellos mas productividad y entusiasmo con la empresa donde labora. Aquí el criterio capitalista es otro, acumular, exprimir y despedir el bagazo.

Así como el pobre resuelven parte de las deudas acumuladas durante el año con el sueldo número 13, y que tanto se le agradece al los empresario y gobierno, con la aprobación del 14, obreros y empleados trataran de permanecer en los empleos a la espera de ganar ese importante dinerito extra que le resolverá parte de la educación de sus hijos.

Si algo hay que modificarle a ese proyecto es el cómo decantar aquellos que no tienen hijos estudiando, por lo demás, más que un pedido debe ser una decisión voluntaria de los empresarios que quieren del gobierno todo

¡Es hora de que den algo!
f, el centinela digital.net