Por: Jorge Casado
El autor es periodista
"Maestra que robó el color azul del mar para mirar; el azúcar de la caña para enseñar con dulzura ,y la dureza de un acantilado para mantenerse activa hasta el día de su muerte.""
Tras la muerte de Doña Nidia Serra, el pasado 21 junio, proclamé un reconocimiento a su persona y trayectoria artística formadora de generaciones destacadas.
Su obra trascendental, ni la menciono, sólo destaco como muestra, su dedicación de más de 40 años a la organización del certamen infantil dominicano de más larga existencia y aportes motivadores en términos de artistas plásticos.
Me refiero al Concurso Nacional Navideño de Pintura Infantil que siempre patrocina el Banco de Reservas, con el Centro de Arte Nidia Serra a la cabeza.
Al mismo proyecto se sumó, unos años atrás, con buen empeño el Despacho de la Primera Dama y otras instituciones educativas del Estado Dominicano, los que han querido permitir que los niños y niñas del país continúen pintando sus tradiciones, sueños y fantasías de la época de navidad.
Adicional a esto, los organizadores dedican la presente versión número 41 del Concurso Nacional Navideño de Pintura Infantil, a su fundadora la extinta Doña Nidia Serra.
Acciones como estas, merecen un aplauso de pie, porque se reconoce así, la dedicación, la paciencia y la entrega humanitaria de una Maestra que robó el color azul del mar para mirar; el azúcar de la caña para enseñar con dulzura y la dureza de un acantilado para mantenerse activa hasta el día de su muerte, demostrando su vocación formadora de niñas y niños artistas.
Si en mis manos estuviera, porque la conocí en sus afanes, yo hiciera más para perpetuar su memoria.
Ahora, sólo mantengo mi sugerencia y propuesta inicial de un artículo anterior, de que a partir del 2011, el Concurso Nacional Navideño de Pintura Infantil sea denominado como “Premio Nacional de Pintura Infantil Navideño Doña Nidia Serra”.
Así todos los diciembres, muchos niños y niñas y sus padres recordarán que existió una vez un Ángel con algo de magia, vestido de artista del pincel, que acariciaba las cabecitas de los más pequeños hasta transportarlos a mundos de colores y sueños inspirados en la navidad dominicana.
El autor es periodista
"Maestra que robó el color azul del mar para mirar; el azúcar de la caña para enseñar con dulzura ,y la dureza de un acantilado para mantenerse activa hasta el día de su muerte.""
Tras la muerte de Doña Nidia Serra, el pasado 21 junio, proclamé un reconocimiento a su persona y trayectoria artística formadora de generaciones destacadas.
Su obra trascendental, ni la menciono, sólo destaco como muestra, su dedicación de más de 40 años a la organización del certamen infantil dominicano de más larga existencia y aportes motivadores en términos de artistas plásticos.
Me refiero al Concurso Nacional Navideño de Pintura Infantil que siempre patrocina el Banco de Reservas, con el Centro de Arte Nidia Serra a la cabeza.
Al mismo proyecto se sumó, unos años atrás, con buen empeño el Despacho de la Primera Dama y otras instituciones educativas del Estado Dominicano, los que han querido permitir que los niños y niñas del país continúen pintando sus tradiciones, sueños y fantasías de la época de navidad.
Adicional a esto, los organizadores dedican la presente versión número 41 del Concurso Nacional Navideño de Pintura Infantil, a su fundadora la extinta Doña Nidia Serra.
Acciones como estas, merecen un aplauso de pie, porque se reconoce así, la dedicación, la paciencia y la entrega humanitaria de una Maestra que robó el color azul del mar para mirar; el azúcar de la caña para enseñar con dulzura y la dureza de un acantilado para mantenerse activa hasta el día de su muerte, demostrando su vocación formadora de niñas y niños artistas.
Si en mis manos estuviera, porque la conocí en sus afanes, yo hiciera más para perpetuar su memoria.
Ahora, sólo mantengo mi sugerencia y propuesta inicial de un artículo anterior, de que a partir del 2011, el Concurso Nacional Navideño de Pintura Infantil sea denominado como “Premio Nacional de Pintura Infantil Navideño Doña Nidia Serra”.
Así todos los diciembres, muchos niños y niñas y sus padres recordarán que existió una vez un Ángel con algo de magia, vestido de artista del pincel, que acariciaba las cabecitas de los más pequeños hasta transportarlos a mundos de colores y sueños inspirados en la navidad dominicana.
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