LA MONOTONÍA EN EL CARNAVAL DE SANTIAGO

Por Juan Isidro Inoa

Fuente, http://www.elcentineladigital.net/

El carnaval de Santiago llegó a ser el mejor carnaval del país, el más organizado y el de mayor colorido. Eso cuando se realizaba por la calle Del Sol. Es decir, cuando “cuca bailaba”.

En ese tiempo se subía por la principal arteria comercial de la ciudad y así como había menos gentes, en Santiago la calle del desfile principal era más estrecha. Hoy la situación es diferente. Más gente y calles más amplias. Querer que todo sea como en el pasado es no reconocer los avances, los cambios. Es no asimilar los nuevos tiempos. Hoy todo es diferente, pero esa precisamente debe ser nuestra tarea trabajar para superar las versiones carnavalescas anteriores desafiando las multitudes que a esa festividad se integran como protagonistas o como espectadores. De la participación popular no me quejo, pero si de la organización. Hace un tiempo que el carnaval de Santiago se encuentra dividido y no se ve una integración total de todos los actores que en el deben estar.

Para lograr un carnaval exitoso deben estar integrados y disfrutar de los beneficios y perdidas empresarios artístico, de medios, comerciales, comerciantes, trabajadores culturales, grupos de lechones, grupos de comparsas, clubes, artistas, expertos en seguridad, autoridades municipales, autoridades gubernamentales. Todos sin dudas que la encomienda a los dueños de medios, la gobernación y la alcaldía para la organización de tan grande evento limitan la participación

plural en lo que debes ser el mayor atractivo turístico de Santiago durante el año. Por lo que he podido notar, se que dirán que estoy equivocado, en el carnaval santiagués solo se organiza la publicidad, la transmisión, y el recorrido. Pero no hay un contacto directo y permanente con los grupos de comparsa de los barrios ni los grupos de lechones que son quienes le dan el verdadero colorido y sabor al carnaval. Los carnavales se han convertidos en verdaderos atractivos turísticos nacional e internacional y Santiago se ha mantenido rezagado, a la defensiva en lo artístico y en lo organizacional, aun contando con la mayor cantidad de recursos humanos y creatividad. Fuimos primero que el de La Vega y La Vega nos superó. Y ahora el de Bonao también nos está superando. En tres domingos de carnaval sólo se ven personas ávidas de ver, pero sólo las personas ven personas. Los grupos de lechones desfilan sin disfraz. Y la monotonía de ver gente aleja a las gentes. Ya es tarde para recomponerlo pero temprano para que el próximo año se pluralice la participación coordinativa.