Movimiento Caamañista llama a desobediencia civil y revocación funcionarios electos y no electos

Fuente, http://www.ciudadoriental.org/

Al definir como grave la crisis que afecta al país, el Movimiento Caamañista (MC) llamó a la desobediencia civil y a crear conciencia en favor de la revocación de funcionarios electos y no electos, a través de la movilización popular en grande. Exhortó “¡a crear contrapoder!”

“Si para algo han servido las luchas reivindicativas bloqueadas por el poder político –enfatiza su declaración- es para evidenciar sus límites y reforzar la necesidad de politizarlas apuntando contra ese poder”.

“Esa es una vía necesaria –agregó- para debilitar la maquinaria de esta dictadura institucionalizada y crear condiciones favorables para un eventual intervención electoral exitosa de las fuerzas transformadoras”.

En ese sentido planteó combinar lo que denominó “democracia de calle” con una propuesta electoral “que incluya la lucha contra el carácter antidemocrático y corrupto de un sistema un comicial hecho a la medida del PLD, PRD y grupos satélites”.

Advirtió que de no debilitarse previamente el control de esa partidocracia sobre el sistema electoral, se repetiría el mismo círculo vicioso, con o sin reelección, con un gobierno del PLD o uno del PRD.

Propuso impulsar con vigor las “movilizaciones revocatorias”, acompañándolas de los siguientes lineamientos en materia electoral:

1- Un frente de las fuerzas sociales, culturales y políticas alternativas a la partidocracia peledeista y perredeista, y al modelo neoliberal.

2- Un programa común transformador consensuado entre todos/as.

3- Una candidatura común escogida en una consulta democrática.

4- Un solo registro y una boleta electoral común adecuada al conjunto.

Finalmente, insistió en que el pueblo dominicano debe aprender de las experiencias venezolana, ecuatoriana, boliviana, argentina… y captar las recientes enseñanzas de los pueblos del Norte de África en materia de revocación-destitución de presidentes y gobiernos, cuando se pudren las seudo-democracias y/o dictaduras institucionalizadas vigentes.

Posición frente a la crisis político-social y a los comicios del 2012

Nuestro país está gravemente afectado por una crisis integral cada vez más profunda.

El patrimonio público está siendo saqueado y el pueblo dramáticamente empobrecido. Los servicios
públicos fundamentales son un desastre.

Las instituciones vigentes han sido degradadas por la corrupción y la manipulación, y de hecho asaltadas
por una partidocracia pervertida y por empresarios criollos y extranjeros en extremo voraces.

El Estado dominicano ha devenido en un narco-estado neoliberal, con una “democracia” carcomida,
usurpada y secuestrada por minorías insaciables.

Una nueva oleada de alza de precios de los alimentos, los combustibles, los servicios básicos y de
todos los artículos de consumo, está provocando un descontento creciente y desatando una oleada de
protestas, cuestionamientos y movilizaciones ascendentes.

La clase dominante-gobernante, usando como instrumentos al PLD y al PRD -secuestrados ambos por
estructuras diligenciales corrompidas- ha instalando una especie de dictadura institucionalizada; ahora
con predominio del PLD y su neocaudillo Leonel Fernández, quien controla todos los poderes del Estado
y procura -si logra colocar su re-postulación- continuar en la presidencia mediante una nueva reelección.

La nueva constitución y las amañadas elecciones congresuales han facilitado este proceso aberrante.

En tales condiciones, con un sistema político-electoral que favorece la bipolaridad en sentido general y
el continuismo en términos relativo, las elecciones del 2012 –si previamente no se altera este régimen
de control- están llamadas a reproducir más de lo mismo, con reelección de Leonel o sin ella, con
gobierno del PLD o gobierno del PRD. Igual se ha demostrado que todas las luchas reivindicativas
dentro de este orden político son bloqueadas por esas estructuras de poder.

Propuestas para abrir las compuertas de las transformaciones estructurales

1.-Si para algo han servido esas luchas es para mostrar sus límites junto a la necesidad de ampliarlas y

radicalizarlas en el sentido político; apuntando contra las autoridades (electas y no electas) responsables
de esta insoportable situación; demandando su destitución, proponiendo su revocación a través de
referéndum y plebiscitos de calle. Apuntando a favor de la desestabilización del bloque dominante.

¡Creando contra-poder!
Eso fue lo que hicieron los pueblos de Venezuela, Argentina, Bolivia, y Ecuador antes de los cambios
producidos por vía electoral. Y es lo que están haciendo los pueblos de Túnez, Egipto, Libia, Yemen. . .

No hay otra forma de crear fuerzas alternativas y de debilitar la maquinaria de una dictadura
institucionalizada y disfrazada como ésta, periódicamente reproducida para peor a través de un sistema
electoral corrompido y tramposo, hecho a la medida de la partidocracia.

Esa es la vía necesaria para debilitar esa maquinaria corruptora y crear un contexto más favorable para
una eventual intervención electoral exitosa de las fuerzas transformadoras.

2-A esa línea de movilización, de protestas revocatorias, de democracia de calle, debemos darle

prioridad, conformando a la vez una propuesta político-electoral con las siguientes características.

Determinación de lucha contra el carácter antidemocrático, discriminatorio, corrompido, parcial

y manipulado (por el gobierno, el Estado y las grandes fortunas) del actual sistema electoral.
Planteos y acciones persistentes a favor de su democratización y autonomía.

- Confluencia en un frente de las fuerzas políticas, sociales y culturales alternativas

diferenciadas de las partidocracias del PRD, PLD y grupos satélites e impugnadoras del modelo
neoliberal, el dominio imperial y la institucionalidad antidemocrática vigentes.

Elaboración por consenso democrático de un programa común de transformaciones hacia un
orden post-neoliberal, soberano y democrático-participativo, en el que remplazar las corrompidas e
infuncionales instituciones estatales, comenzando por disolver el actual Congreso y de reemplazar el
presente orden constitucional por un Estado refundado a través de una Asamblea Constituyente por
elección y una participación popular.

Escogencia por método democrático de un candidato común comprometido con ese programa y
las luchas cotidianas, preferiblemente aglutinante de la diversidad.

Habilitación de un instrumento político y una boleta única adecuada al conjunto de las fuerzas
participantes, incluidos los movimientos sociales y culturales.

Proponemos, en fin, una línea de luchas extra-institucionales que procure avanzar en el
propósito de revocar los principales funcionarios y autoridades repudiadas por el pueblo a través
de la movilización generalizada, combinada con una propuesta político-electoral que permita
aprovechar esta y cualquier coyuntura electoral a partir de un debilitamiento de las estructuras
de poder, creando contrapoder popular y ciudadano, y generando condiciones electorales más
favorables.