POR MÁXIMO LAUREANO
Siempre ha sido costumbre del pueblo reclamar al presidente de la República, cumplir sus promesas y sus planteamientos, en el caso de Leonel Fernández Reyna, ahí lo tienen, dijo que era el heredero del “balaguerismo histórico”, y lo lleva a cabo a la perfección.
Ha sido tan populista como el caudillo, de eso no hay dudas y aunque no lo ha dicho ha estado claro que la corrupción se detiene en la puerta de su despacho, sino pregúntenles al senador de San Juan de la Maguana, Félix Bautista, quien se ha visto envuelto en varios casos de corrupción, pero como experto zaramagullón ha sabido hundirse a tiempo y salir a flote cuando el cazador ya no está.
Como avanzado de la política criolla Fernández Reyna, ha predicado a su líder Juan Bosch, pero desde el poder practica al caudillo reformista Joaquín Antonio Balaguer Ricardo.
Políticamente lo ha demostrado, solo ha dejado pasar a otro candidato en su partido, cuan la Constitución de la República se lo ha prohibido o cuando las coyunturas electorales no les han favorecido, como fue el caso reciente, que abrió el camino a Danilo Medina, constitucionalmente no podía, pero tenía posibilidad de conseguir una modificación, pero los números no les cuadraron.
Al igual que Balaguer deja sonar como canción pegada hasta que pasan de moda, los reclamos del pueblo y coloca a personas claves, como sindicalistas del transporte y otros en cargos públicos para bajar tensiones en momentos como este en que se ha convocado una huelga nacional en contra de su política económica.
Como todo un populista graduado con honores mandó fundas de comidas a los barrios pobres este viernes para mitigar el hambre de un pueblo que está harto de promesas incumplidas y demagogias.
El reparto de alpiste morado en funda tricolor, inició temprano este viernes, la idea es que los mansos que votan y esperan el cambio que nunca llega, coman dos días y se olviden del llamado a huelga del lunes.
No hay dudas, Balaguer sigue vivo y más vivo que Bosch en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y la diferencia es simple, el caudillo del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), practicaba el populismo y en sus gobiernos se fomentó el derroche del erario y la riqueza de sus funcionarios, aspectos que los peledeístas de hoy practican como los mejores discípulos, mientras tiran por la borda, la prédica de la moral, la austeridad y la transparencia que sembró el fundador del proyecto político que liberaría a los dominicanos.
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