Jarabacoa, República Dominicana.- La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) dejó inaugurado el Complejo Ecoturístico Sonido del Yaque en la comunidad de Los Calabazos de este municipio.
El apoyo de la USAID para este proyecto, ascendiente a 3 millones de pesos, y contribuirá a diversificar la oferta turística en Jarabacoa, con productos innovadores que atraerán a un mayor número de visitantes a la zona. El proyecto fue ejecutado por la organización comunitaria Club de Madres Nueva Esperanza, la cual generó un aporte de contrapartida de unos 3.7 Millones de pesos.
Sonido del Yaque es actualmente un ejemplo de que las comunidades pueden ofrecer servicios ecoturísticos sostenibles y de alta calidad como instrumentos para mejorar sus condiciones de vida. El proyecto Sonido del Yaque que beneficia a 35 familias cuenta con 6 cabañas rehabilitadas, un restaurant y sus propios sistemas de energía renovable y de agua potable manejados por la comunidad.
Así mismo tiene un sistema propio de agua potable y un sistema de saneamiento de aguas residuales que consta de 4 biodigestores. Como un subproducto de los biodigestores, el biogás producido por éstos se utilizará como sustituto de combustibles fósiles, tanto en calentamiento de agua como en la cocina del restaurant, reduciendo así la dependencia de combustibles fósiles.
Este proyecto ecoturístico ubicado en la comunidad de Los Calabazos, al margen derecho del río Yaque del Norte, (entre Jarabacoa y Manabao) fue seleccionado para financiamiento de la USAID a través de una competencia nacional bajo el programa de la USAID, Alianza Dominicana para el Turismo Sostenible (USAID-DSTA) y forma parte del componente Fondos de Innovación de dicho programa.
La USAID también apoyó el fortalecimiento institucional del Club de Madres Nueva Esperanza, incrementando su capacidad para manejo financiero transparente y eficiente y enfatizando la operación de Sonido del Yaque como un negocio comunitario. El personal clave ha sido capacitado en todos los ámbitos del negocio ecoturístico comunitario, incluyendo buenas prácticas en la gestión de procesos administrativos, servicio al cliente, manipulación de alimentos, cocina y mercadeo. En la actualidad, estas buenas prácticas se reflejan en la calidad del servicio y en el incremento de la visitación al complejo.
Además, el proyecto ecoturístico posee energía renovable que se produce en la misma comunidad gracias a una micro-hidroeléctrica comunitaria que provee electricidad 24 horas al día.
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