José Manuel Castillo.
MÁXIMO LAUREANOToda persona tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos, ideas y opiniones, por cualquier medio, sin que pueda establecerse censura previa. Artículo 49, Constitución de la República Dominicana.
Este enunciado no lo entienden los miembros subordinados de las instituciones de la seguridad del Estado, algunos porque se ponen el traje de la arrogancia y de creerse que al guardia o al policía hay que rendirle cultos como en los años de la dictadura Rafael Leónidas Trujillo Molina.
Este enunciado no lo entienden los miembros subordinados de las instituciones de la seguridad del Estado, algunos porque se ponen el traje de la arrogancia y de creerse que al guardia o al policía hay que rendirle cultos como en los años de la dictadura Rafael Leónidas Trujillo Molina.
Otros no lo entienden porque simplemente su educación es la del garrote
y están preparados solo para servirles a sus jefes, jefes que muchos de ellos si saben que significa el enunciado, pero que están llamado a no cumplir con estos mandatos, porque perjudican negocios.
“Toda persona tiene derecho a la información. Este derecho comprende buscar, investigar, recibir y difundir información de todo tipo, de carácter público, por cualquier medio, canal o vía, conforme determinan la Constitución y la ley”, Artículo 49, numeral 1, Constitución de la República Dominicana.
Los miembros de la seguridad nacional, “los jefes”, como a ellos les gusta que los nombren por ser este un país, santanista, lilisita, trujillista, balaguerita, pepehachista y ahora moder-leonelista, conocen lo que significa este segundo enunciado para los ciudadanos y ciudadanas dominicanos y dominicanas, sin embargo, su aplicación se hace de acuerdo a los intereses particulares de cada sector.
¿Quién “carajo”, es que le dice a un miembro del G2 o como se llame que un ciudadano o ciudadana no puede filmar o fotografiar una acción pública, que se da en la calle y que supone es totalmente lítica?.
¿Quién “carajo”, es que le ha dicho a los guardias, policías o miembros de cualquier otra institución que pueden impedir a un miembro de la prensa que grabe un acto público sobre todo. ¿Quién es que les ha metido en la cabeza a esos hombres a veces convertido en vasallos de la corrupción que hay que pedir permiso para grabar una acción de carácter público como es un operativo de chequeos en las calles, carreteras y autopistas.
El detalle es que resulta más lucrativo para “los jefes” tener dos caras, hacerse ricos de manera ilícita con su sabiduría al servicio de la corrupción patrocinada desde las altas esferas del Estado y achacarle la culpa este tipo de incidentes al desconocimiento y la poca educación de los subordinados.
Estos hombres puede que actuaran con apego a la ley para avalar el operativo, pero se le ha enseñado el temor a ser filmado y el arte de atropellar a quien no le pide permiso, permiso claro está, ellos no iban aprobar. Eso júrelo.
En el caso de José Manuel Castillo, en Villa Elisa-Montecristi, el 25 de diciembre del año 2011, los miembros del G2, deberían ser investigados para que se le diga a la población porque estos hombres reaccionaron temerarios cuando el reportero le tomaba fotos para su página notociasatiempo.net y otros medios, para los cuales labora.
Deberían sus jefes decirles a los dominicanos y dominicanas porque estos hombres violan el derecho constitucional y todo se queda en silencio como si tratara de un simple “chisme de prensa” y que venga el próximo espectáculo.
Cuando los jefes quieren hacer un “bulto”, para hacer creer que trabajan y que cumplen con su rol de velar por la seguridad nacional, a nadie se le impide grabar, no importa la solemnidad del acto, ahí todo conocen el derecho del periodista del reportero gráfico, pero cuando se trata de hacer una labor, fuera de donde están los salones maquillados con acondicionadores de aire, vinos y trajes caros y se suelen improvisar asaltos con la excusas de que son operativos, ahí no se puede filmar.
Para beneficio de José Manuel Castillo, no podrán decir que el reportero gráfico irrespetó a los miembros del G2, porque hay un video. Las autoridades deberían pedir disculpa no al reportero, sino a esos pasajeros que fueron vejados y bajados de un autobús y a quienes de manera arbitraria se les obligaron a permanecer fuera, hasta que a los diligentes agentes del operativo les dio la gana.
Sería bueno saber cuantos autobuses de estos que viajan hasta la línea fronteriza de Montecristi-Dajabón ellos revisan, porque se paran unos y otros no.
Y no es que los miembros de la prensa estén libres de ser ellos quienes en ocasiones provocan los problemas, pero este no es el caso, si ya vio el video lo sabrá.
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