Foto por Cliff DesPeaux/Reuters |
SEATTLE (Reuters) - Cientos de personas soportaron el frío y la lluvia para celebrar 133 bodas en el Ayuntamiento de Seattle el domingo, en el primer día en vigor de una ley que permite los matrimonios entre personas del mismo sexo en el estado de Washington.
Washington, Maine y Maryland se convirtieron el mes pasado en los primeros estados de EEUU que amplían los derechos matrimoniales a personas del mismo sexo en una votación popular, en un gran paso adelante para los derechos de los homosexuales.
"Supone que puedo usar la palabra marido sin preguntas o explicaciones", dijo Corianton Hale, un diseñador gráfico de 34 años, uno de los primeros que formalizó su situación en el Ayuntamiento. Se casó con el guionista freelance Keith Bacon, 44.
"En un primer momento vinimos a casarnos en el Ayuntamiento porque pensamos que sería sólo entrar y salir", dijo Bacon. "Terminó siendo esta experiencia increíble", agregó.
Unas 300 personas esperaban a las afueras del Ayuntamiento bajo un frío intenso para saludar a las parejas que bajaban las escalerillas hacia la calle, algunos lanzaban arroz, hacían pompas de jabón o daban flores a los recién casados.
"Siempre dije que Seattle es un lugar fantástico para ser gay, porque tiene a tanta gente hetero maravillosa viviendo aquí, y hoy lo puedes ver en funcionamiento", dijo Dan Savage, un autor local, activista de los derechos homosexuales y columnista que se casó con Terry Miller.
"Es una fiesta para parejas del mismo sexo en Seattle que está celebrando toda la ciudad", dijo a Reuters.
Las ceremonias - que duraron todo el día - fueron presenciadas por el alcalde de Seattle Mike McGinn, defensor de los matrimonios desde hace tiempo.
"Lo que sería maravilloso es ser capaz de apoyar el compromiso de esas parejas con el otro y señalar el comienzo de un nuevo derecho civil", dijo McGinn a Reuters en el interior del Ayuntamiento.
El consistorio ayudó a establecer una operación eficaz y elegante para gestionar las bodas múltiples. Las parejas y sus invitados esperaban fuera del Ayuntamiento, y luego eran conducidos al interior para una recepción relajada donde había mesas con manteles blancos, pequeñas tartas con los colores del arcoiris y un pianista.
Tras una corta ceremonia en uno de los cinco puntos donde se oficiaban las bodas, los invitados celebraban mientras sonaba música de acordeón.
/Por Laura L. Myers y Jonathan Kaminsky/
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