Caamaño, durante un discurso en los días de la revolución.Acento.com.do/Archivo. |
Fruto de la intervención de los Estados Unidos, surgió la dictadura de los doce años de Joaquín Balaguer, mediante una mascarada de elecciones
República Dominicana.-La República Dominicana conmemora este miércoles, 24 de abril, el aniversario 48 de la revolución constitucionalista de 1965.
El movimiento constitucionalista fue encabezado por jóvenes soldados y civiles que se alzaron contra la dictadura encabezada por Donald Reid Cabral, un gobierno corrupto y represivo surgido del golpe de Estado del 25 de septiembre de 1963 contra el gobierno democrático y legítimo del Partido Revolucionario Dominicano y el presidente Juan Bosch.
El fundador del movimiento de militares constitucionalistas fue el coronel Rafael Fernández Domínguez (“El coronel del pueblo”), que no se hallaba en el país cuando comenzaron los combates. Desde que pudo regresar se integró a los combates y fue muerto en el intento por recuperar el control del Palacio Nacional.
El movimiento tuvo entre sus principales figuras al coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, que se convirtió en el líder y posteriormente en presidente constitucionalista, en ausencia del presidente Bosch.
Hoy, a las 11 de la mañana, los restos mortales de Caamaño serán llevados al Panteón de la Patria, en un acto encabezado por el presidente Danilo Medina.
El movimiento constitucionalista, que contó con el apoyo del pueblo dominicano, no pudo lograr el objetivo de reinstaurar el gobierno legítimo porque los Estados Unidos invadieron el país con más de 45 mil militares y potentes armas, en apoyo de los militares golpistas.
Los patriotas se vieron precisados a firmar un acuerdo de paz para evitar que las tropas extranjeras continuaran masacrando a la población civil.
El 2 de septiembre ante decenas de miles de personas, el coronel Caamaño presentó renuncia como presidente constitucional.
En su discurso expresó:
“Porque me dio el pueblo el poder, al pueblo vengo a devolver lo que le pertenece. No pudimos vencer, pero tampoco pudimos ser vencidos. Nunca tal vez en la vida de los dominicanos se había luchado con tanta tenacidad contra un enemigo tan superior en número y en armas. Luchamos, sí, con bravura de leyenda, porque íbamos desbrozando con la razón el camino de la Historia. Ante el pueblo dominicano, ante sus dignos representantes que aquí encarnan el Honorable Congreso Nacional, renuncio como Presidente Constitucional de la República. Dios quiera y el pueblo pueda lograrlo, que esta sea la última vez en nuestra historia que un Gobierno legítimo tenga que abandonar el poder bajo la presión de fuerzas nacionales o extranjeras. Y tengo fe en que así será.”
Fruto de la intervención de los Estados Unidos, surgió la dictadura de los doce años de Joaquín Balaguer, mediante una mascarada de elecciones sin las mínimas garantías de transparencia y democracia.
Durante los “12 años” los militares constitucionalistas fueron perseguidos, asesinados, encarcelados. Los que no pudieron salir del país se vieron obligados entrar en la clandestinidad. Muchos claudicaron y se vendieron al régimen de Balaguer.
El coronel Caamaño, junto a otros revolucionarios, intentó continuar la lucha armada por la democracia y regresó al país desde Cuba en el año 1973, con un grupo de guerrilleros, por la playa Caracoles, en Azua. Tanto Caamaño como otros integrantes de la guerrilla fueron atrapados con vida y posteriormente asesinados.
De este grupo sobreviven Hamlet Hermann y Claudio Caamaño.
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