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Santiago (República Dominicana).Un vertedero improvisado y la ausencia de los camiones recolectores de la alcaldía, mantiene al borde de la desesperación a los residentes en la Manzana C-1 de Villa Olímpica, de esta ciudad, se denuncia este miércoles.
La situación se torna inaguantable ya que la hediondez de los desperdicios acumulados durante días, que se desintegran con mayor rapidez a causa de las lluvias, hace irrespirable el ambiente, de acuerdo a expuesto por los afectados.
Las deficiencias de la alcaldía para mantener limpia el área,que se localiza exactamente en la Manzana C-1 frente al Edificio C-1 numero 206, de Villa Olímpica, provoca que los desperdicios vayan en aumento cada dia.
El problema se ve agravado porque moradores de las periferias han tomado el lugar como deposito de basura mientras que ni en sombra se ven las brigadas municipales, con lo que aumenta la preocupación de los residentes.
El vertedero improvisado se encuentra frente a los terrenos donde se construira, en el futuro, la parroquia Maria Magdalena. A escasos metros hay una caseta donde periódicamente se ofician misas, exponen los moradores en una declaracion de prensa.
En toda la zona se percibe un olor nauseabundo como consecuencia de la basura que contiene alimentos descompuestos por lo que no hay paz ni tranquilidad a ninguna hora del día ni de la noche. Hasta conciliar el sueño se hace dificil por esta situacion, exponen los denunciantes.
A esto se agrega que el gran cumulo de desperdicios sólidos ha desatado plagas de insectos como moscas, cucarachas, ratones y gusanos, que siembran el terror entre los vecinos mas cercanos al deposito.
El problema seria de fácil solución si la alcaldía instalara contenedores en la zona pero una petición en este sentido, formulada a las autoridades encabezadas por Gilberto Serulle, no ha sido atendida hasta el momento.
A la par con esto, los camiones recolectores se han ausentado de la Villa Olímpica y específicamente por la Manzana C-1 no se ven desde hace varios días mientras la basura aumenta a cada hora, ocupando parte del área que deben utilizar los transeúntes e incluso parte de la calle.
Ante lo que es “un grave y preocupante problema”, los residentes aseguran que no piensan quedarse “de brazos cruzados” esperando una solución que no acaba de llegar, y prometen acciones pacificas pero contundentes para llamar la atención de las autoridades sobre el particular.
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