Juan Isidro Inoa
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Especial/Noticias A Tiempo
A final de la pasada semana el ministro de educación Carlos Amarante Baret jugó de “foni uno” en su ministerio, barriendo con casi todos los directores regionales y distritales de Santiago y el país. Fue esa una oportunidad para la tendencia danilista ubicar sus parciales en posiciones de relevancia que aún estaban en manos de los leonelistas.
Pero también se llevaron al director provincial de salud Ramón Martínez Henríquez y en su lugar pusieron a su colega Venecia Quiñones quien es una danilista cien por ciento y que en el pasado proceso acató la orden de apoyar sin reservas al entonces desertor peledeista Gilberto Serulle y al PRD a la sindicatura. Pero también se llevaron a Félix Paulino de la OMSA, un hombre del profesor Izquierdo, pero que según nos enteramos se lo llevó la doble nómina en que cobraba. Esas remociones han puesto a mucha gente a hacer bembito, otros remojando su barba y felices a los nuevos designados.
Pero cada vez que el presidente y sus funcionarios hacen cambios, los de la banca aumentan la presión sobre el presidente con el temor de que se agoten los puestos económcamente importante. Pero el presidente Danilo Medina, a pesar de brincar charcos y cruzar alambradas, no quiere meterse en ese berenjenal contra la mitad de su partido. Los leonelistas deben asimilar que ésta es su época de “vaca flaca”, y como dijo uno de sus líderes en Santiago, “coger estos cuatro años comiendo hasta ver lo que trae el ’16″, pese a que él está “guisando” mejor que antes. Aunque los danilistas nunca han estado fuera del poder, los leonelistas llevan nueve años chupándose la teta grande y es justo que le dejen leche a los otros… Lo malo es que los danilistas chuparon y ahora no quieren dejar que los otros chupen ni la teta que no quieren… Ma’ Gueno Quejasí.
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