Un sacerdote reverenciado a Trujillo.
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"Son descarados, nos han asumido idiotas. Nos han montado un circo romano haciéndonos creer que estamos participando de decisiones fundamentales mediante estas cacareadas consultas populares”.
Fuente, http://www.acento.com.do/
SANTIAGO, República Dominicana.- El economista y empresario Guido Riggio, afirmó este viernes 20, que el Estado dominicano permanece “secuestrado” por el clero y calificó como “farsa” los procesos concernientes al Pacto por la Educación que realiza el gobierno dominicano.
En una carta entregada a Acento.com.do, Riggio aseguró que el Estado engaña a la ciudadanía al anunciar un “Pacto Educativo” sin eliminar el artículo XXII del Concordato trujillista, el cual indica que “La enseñanza suministrada por el Estado en las escuelas públicas estará orientada por los principios de la doctrina y de la moral católicas”.
“Para nadie es un secreto que el Estado dominicano permanece secuestrado y chantajeado por un clero que cada cuarto años es capaz de venderle a los políticos el voto de su rebaño a cambio de vergonzosos privilegios como éste: el de ser dueño de la enseñanza pública de forma contractual mediante el Concordato trujillista”.
A continuación, reproducimos la carta íntegra de Guido Riggio.
Santiago, 20 de diciembre 2013
Señor Fausto Rosario.
Director de Acento.com
Santo Domingo.
Le escribo estas líneas para denunciar por este importante y efectivo medio a todos los dominicanos sobre la farsa montada en torno al Pacto por la Educación.
Para advertir que el Estado nos engaña al anunciar un “Pacto Educativo” sin pretender eliminar el elemento fundamental que nos afecta y nos atrasa: el artículo XXII del Concordato trujillista que reza:
1. “La enseñanza suministrada por el Estado en las escuelas públicas estará orientada por los principios de la doctrina y de la moral católicas”. Un puro circo, un teatro.
Para nadie es un secreto que el Estado dominicano permanece secuestrado y chantajeado por un clero que cada cuarto años es capaz de venderle a los políticos el voto de su rebaño a cambio de vergonzosos privilegios como éste: el de ser dueño de la enseñanza pública de forma contractual mediante el Concordato trujillista.
Pero, cuando el Estado y sus fuerzas oscuras se atreven a tratar a los educadores y a los maestros como meros idiotas, como es el caso, es porque la sociedad se encuentra muy postrada y vencida, sumida en la más absoluta inconsciencia, incluyendo a muchos pensadores liberales que han perdido su visión del bosque, sumidos en asuntos políticos puntuales que son la consecuencia (y no la causa) del estado de sumisión del poder civil al eclesiástico católico romano, pues quien controla los textos escolares utilizados en la educación pública y manipula la historia como lo hacen estos sectores, termina imponiendo su ideología y su dominio sobre el pueblo.
Se ignora que la peor de las aberraciones de nuestro sistema educativo lo constituye este artículo XXII del Concordato trujillista que tiene como consecuencia el nefasto control operativo y presupuestario que ejerce la Iglesia sobre la educación pública, sin embargo, debemos tener la seguridad de que en el pacto en cuestión este tema fundamental jamás será tocado, pues el Estado le ha entregado el “Pacto por la Educación” a la Iglesia católica, lo ha puesto en manos de aquellos que precisamente han destruido el “Sistema Educativo Hostosiano”, en manos de quienes impiden que los dominicanos se liberen de la superstición y del atraso, en manos de los que destruyeron el único sistema educativo que puede sacar al pueblo del atraso, el hostosiano.
Son descarados, nos han asumido idiotas. Nos han montado un circo romano haciéndonos creer que estamos participando de decisiones fundamentales mediante estas cacareadas “consultas populares”. Han convocado a una consulta “democrática”, a un “dialogo” donde la última palabra la tendrá la Iglesia Católica, la que de ninguna manera renunciará a los derechos adquiridos por un Concordato trujillista que mantiene hipotecada a la educación dominicana, sujeta a la ideología católica medieval, en una total y vergonzosa violación a la constitución dominicana, es lo peor que le ha pasado a la educación dominicana
Acaso no hay asunto más inmoral que atar a una sociedad libre y democrática a los principios doctrinales dogmáticos de una sola Iglesia, ignorando los derechos de otras iglesias, de otras ideologías, las propias de una sociedad plural y democrática que se ha declarado (en el papel) en contra de los privilegios que hasta hoy brinda solo a la Iglesia católica.
Estamos viviendo un momento político y social muy delicado donde las fuerzas más oscuras de nuestra nación se están reagrupando bajo un falso nacionalismo que se ampara bajo el supuesto pensamiento de un Duarte conservador católico que nunca existió, bajo un Duarte altagraciano que ha sido diseñado y manipulado por historiadores tendenciados temerosos y mediocres que obedecen al clero católico, dedicados a callar la verdad y a confeccionar panfletos históricos a medida de un sastre, para hacerle creer al pueblo dominicano que la Iglesia fue pro dominicanista y duartiana, siendo lo contrario pues fue la persecutora de Duarte y sus trinitarios.
Porque la Iglesia nos educa y nos adoctrina, hoy vemos a los tres poderes del Estado Dominicano dar claras señales de estar a favor de las fuerzas más conservadoras y retardatarias de la sociedad dominicana, esencialmente violando la no confesionalidad (laicidad) que le impone la Constitución.
En algo muy sencillo y evidente, hasta el propio presidente de la República (como el Tribunal Constitucional de la RD) se muestra inconsciente de la grave afrenta que le hace a la Constitución al participar oficialmente como jefe de Estado en un Tedeum católico de forma oficial cada 27 de Febrero, haciendo lo prohibido, mezclando a la Iglesia con los asuntos de Estado.
Por todo esto, el llamado “Pacto por la Educación” es y será un mero circo, una trampa, porque todo ha sido concebido y planificado para ignorar el asunto fundamental que nos afecta: el arreglo contractual que declara que “La enseñanza suministrada por el Estado en las escuelas públicas estará orientada por los principios de la doctrina y de la moral católicas”.
En este sentido, seguimos siendo burlados, considerados y tratados como idiotas. Sin la anulación de este artículo XXII del concordato, el Pacto por la Educación será un simple simulacro, un circo, un teatro. Seguimos siendo engañados.
Atentamente
Guido Riggio Pou.
Santiago RD
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