José Manuel Castillo, director Noticias A Tiempo. Whatsapp: 8098160105, josemlct11@hotmail.com. Santiago, República Dominicana.

viernes, 31 de enero de 2014

Carlos Francisco Elías responde tesis de Leonel sobre raza, ideología e identidad

  Leonel Fernández.
 Acento.com.do/Archivo.
“Curiosamente detrás de ese historicismo se escoden los remanentes de una dictadura que fue implacable con el pueblo haitiano, teniendo como coro a una oligarquía encumbrada en la sangre y la miseria de ese país”

Raza, ideología e identidad (artículo publicado en Listín Diario 27 de enero 2014)

Leonel Fernández planteamiento 1

Después de más de trece años de luchas sangrientas y devastadoras, la Revolución haitiana de 1791-1804, no sólo desembocó en la proclamación de la primera República independiente en América Latina y el Caribe, sino en el primer país en lograr la abolición de la esclavitud.

En la actualidad, se manifiesta gran respeto y mucha admiración hacia Haití por la conquista de esos logros, pero en su tiempo significó el no reconocimiento diplomático por parte de las potencias coloniales y, por consiguiente, su aislamiento internacional.

Carlos Francisco Elías respuesta 1

Su aislamiento internacional, merece también una explicación:

Cuando la revolución haitiana concluye, según la fecha establecida, 1804, la independencia norteamericana tenía 36 años y, obviamente su sistema económico estaba basado en el modo de producción esclavista, especialmente en el sur. Se aísla a Haití porque los poderes imperantes entonces en Francia y en los Estados Unidos, tenían al menos un estado dirigidos por ex esclavos, dos potencias coloniales que por encima de sus leyes creían en el sistema esclavista o de plantaciones.

Curiosamente, en el caso de Francia, el 4 abril de 1792 la Asamblea Nacional declara, apenas tres años después de 1789, la libertad de los llamados hombres de color, esencialmente porque habían grupos de blancos abolicionistas, la llamada sociedad de amigos de los negros, a veces formadas por aristócratas de estirpe como es el caso de Marie Jean Antoine y Nicolás de Caritat, Marqués de Condorcet, quien escribió varios panfletos abolicionistas en Francia. A pesar de ello, la idea de humillar a los esclavos que habían osado declarar su independencia, era obvia y preventiva.

Al aislamiento internacional firme de Estados Unidos y Francia, actitud diplomática coherente de colonialistas, habría que agregar también el drama intestino de la propia revolución naciente. Pasado un año de la proclamación de la independencia haitiana, J.J, Dessalines, su primer jefe de estado, entra en el desvarío de proclamarse emperador, con el nombre de Jacques I, y vuelve la sombra del modo de producción de las plantaciones, trabajo forzado o por paga. Para crear un nuevo modelo económico, los liberados tuvieron dificultades que crearían aún luego de la independencia, conatos intestinos de enfrentamientos post revolucionarios, al margen de la impronta de una gradación racial escalonada, que aún domina la vida social y política de aquel país.

(Consultar a Víctor Schoelcher, Volumen 1 y 2 de su Colonies Etrángeres et Haiti, collection Histoire de l'Esclavage aux Antilles, editor Emile Désormeaux, Point-a-Pitre 1973, Espectros y Espejismos: Haití en el imaginario cubano, Elzbieta Sklodowska, Editorial Iberoamericana, Madrid ,2009.

Les Vengeurs du noveau Monde, histoire de la Revolution Haïtienne - Los vengadores del nuevo mundo, historia de la revolución haitiana-, Laurent Dubois, Les Edition de l' Universite d' Etat d' Haïti, Puerto Pincipe,2009.

Tendencias monárquicas de la Revolución Haitiana: el negro Juan Francisco, Jorge Victoria Ojeda, colección pensamiento caribeño, editora Siglo XXI, México 2005.

Haiti, una olvidada revolución filosófica, Eduardo Grüner, ensayo, Revista Sociedad de la facultad de Ciencias Sociales de la Universad de Buenos Aires, julio, 2010.

Jean Bertrand Arystide, presenta Toussaint L' Overture, la revolución haitiana, antología de textos de Toussaint L' Overture, Editorial Akal, Madrid, 2013)

Leonel Fernández planteamiento 2:

Esa situación, unida a la destrucción de toda su capacidad de generación de riquezas durante la etapa revolucionaria y la sucesión de dictaduras crueles e incapaces, han sido las causas fundamentales de que durante algo más de dos siglos las grandes masas del pueblo haitiano se hayan hundido en la miseria.

Pero, en todo caso, lo importante a rescatar es que la abolición de la esclavitud, al tiempo que suscitaba inmensos temores en los amos propietarios de plantaciones, generó grandes esperanzas en otros negros esclavos traídos desde África, que vieron en el ejemplo de Toussaint L'Ouverture, Jean Jacques Dessalines, Henri Christopher y Alejandro Petión, entre otros, un símbolo de redención y un ejemplo de que la libertad era un sueño alcanzable.

Luego de la epopeya haitiana, durante cerca de un siglo, otras rebeliones de negros esclavos se produjeron en distintas partes de la región, desde los Estados Unidos hasta Cuba, Brasil, Perú, Colombia, Panamá y las colonias inglesas y francesas del Caribe. Todos luchaban por reivindicar la dignidad humana.

En los Estados Unidos, el presidente Abraham Lincoln, durante la Guerra Civil que enfrentó a los Estados del Norte con los del Sur, abolió la esclavitud mediante el acto de Proclamación de Emancipación; y luego, en 1865, al término de la guerra, se ratificó a través de la décimo-tercera enmienda a la Constitución norteamericana.

De la libertad a la discriminación

Pero lo que aconteció en los Estados Unidos, como en otros lugares, es que luego de haberse proclamado la libertad de los esclavos, éstos no lograron insertarse plenamente en sus sociedades como seres libres, en razón de que eran segregados, discriminados y humillados por quienes seguían constituyendo el sector racial y social más poderoso desde el punto de vista político y económico: los blancos.

Eso, por consiguiente, dio lugar a que desde el mismo siglo XIX se originase una contienda orientada a mejorar la condición humana. A que los negros pudiesen asistir a las mismas escuelas y universidades que los blancos. A que pudiesen ser asistidos en los mismos hospitales, comer en los mismos restaurantes y montarse en los mismos autobuses; y en fin, a que se estableciesen oportunidades económicas y de justicia social en favor de los nuevos libertos.

En los Estados Unidos, por ejemplo, esas batallas por el reconocimiento a la plena integración a la sociedad de los descendientes de esclavos negros se extendió por cerca de un siglo, pues fue en el 1964 cuando el presidente Lyndon B. Johnson promulgó la Ley de Derechos Civiles, la cual eliminaba, desde la perspectiva legal, todo vestigio de discriminación.

Mientras tanto, durante esos largos años se fueron creando organizaciones fraternales, de ayuda mutua y cooperación para promover la identidad y la solidaridad racial. Se fundaron numerosas iglesias protestantes, y surgieron diversas organizaciones cívicas, artísticas y culturales para gente de color que servían de espacio de reflexión y apoyo a la causa de la integración.

En el plano internacional, hizo su aparición el llamado movimiento Pan-Africano, auspiciado por dos grandes intelectuales de raza negra: W.E.B. Du Bois, de Estados Unidos, y George Padmore, de Trinidad, que como en una especie de Alianza Tri-continental de la época procuraba incentivar las luchas de los africanos en sus tierras, así como de sus descendientes en Europa y las Américas.

En 1914, Marcus Garvey fundó, en Jamaica, la Asociación Universal para el Mejoramiento de los Negros, y seis años después, en 1920, ya tenía un millón de afiliados.

Su objetivo declarado era el de promover el retorno a África, así como el de crear un proyecto político que unificase a los pueblos descendientes de población esclava.

Se pensó en Liberia y en Sierra Leona como hogar para estas poblaciones; y en principio, muchos se sumaron a esta iniciativa. Albergaban el sueño de regresar al mundo de sus abuelos. Luego, sin embargo, comprendieron que los afro-descendientes ya formaban parte de una nueva realidad histórica y cultural y que el epicentro de sus luchas, en lugar de África, se encontraba en las tierras de América.

Carlos Francisco Elías respuesta 2:

Cuando se estudian los nacionalismos negros del siglo XIX, o en lo que era el naciente siglo XX, la figura de Marcus Garvey se convierte en una figura de contradicción y oportunismo, ante una situación social y racial digna de mejor estudio.

Garvey nació en Saint Anne ' Bay, hacia el norte de Jamaica, el 17 de agosto de 1887. Luego de un periplo viajero que incluyó Costa Rica, Panamá y Londres, regresó a Jamaica, en 1914, año en que se inicia la primera guerra mundial. En su Jamaica natal, donde funda la UNIA, una entidad que más que una organización social para defender a la gente negra (o de color según las siglas de la organización en inglés, Asociación Universal para la Defensa de la Gente Negra), era un proyecto económico personal, cuyo fundador, con gran habilidad, había detectado que la venta de su producto tenía futuro. Aprovechándose de la desesperación de los negros, que internacionalmente no aceptaban su condición de semi esclavos en una sociedad donde la capitulación del sur en la guerra de secesión de 1861 a 1865, lo que había generado era la cohabitación de dos pueblos, blancos y negros, en un mismo territorio, y en muchos casos extremos en el sur, dio lugar a los inicios del apartheid que luego en detalles se conocería en la Sudafrica del siglo XX fundado por los descendientes de los Boers.

Tras el fracaso de su movimiento en Jamaica, Garvey se trasladó a Nueva York en 1916 y fundó una rama de la UNIA con base en el barrio negro de Harlem. Desde allí comenzó a hacer campaña para lograr la repatriación de los afroamericanos al África, con el fin de ocupar y gobernar las antiguas colonias alemanas.

Garvey, había intuido y palpado que en los Estados Unidos, entre 1916 y 1917, el estado sicológico de los negros norteamericanos que no habían logrado su integración en la sociedad norteamericana de entonces era crítico y depresivo. Decide fundar un periódico para promover su proyecto llamado Negro World (editado desde 1918 hasta 1933).

La idea del Retorno al África en los Estados Unido de América, vendida como un proyecto social, racial y económico, coincidía con las ideas extremas de la organización terrorista, asesina, llamada en el sur norteamericano Ku Kluk Klan, agrupamiento de corte fascista, responsable de muchos crímenes encubiertos por el propio FBI, en los tiempos de la lucha por los derechos civiles, hacia 1960.

Volvamos a Garvey, se había convertido en héroe y villano al mismo tiempo, cuando funda la línea de vapores: "Black Star Line", en 1919, que tenía como objetivo el establecimiento de una comunicación continua entre Nueva York, las Indias Occidentales y África, que permitiese el regreso de los negros a su tierra originaria.

Para fundar la Black Star Line, abrió una suscripción popular con la que consiguió recaudar 610.000 dólares, procedentes de 35.000 donaciones. Con este dinero se compraron tres pequeños vapores, pero la empresa comenzó a generar cuantiosas pérdidas, que en 1922 llegaban a los 750.000 dólares. Ese mismo año fue detenido, a raíz de una denuncia de algunos de sus colaboradores, que le acusaban de malversación de los fondos de las empresas del UNIA.

En 1923, J. Edgar Hoover, que trabajaba en el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, logro enjuiciar a Garvey, que fue condenado a cinco años de cárcel por el delito de fraude, pena que empezó a cumplir en 1925 en la Penitenciaría de Atlanta. Su pena fue conmutada en 1927 por el presidente Calvin Coolidge, lo que implicó su deportación a Jamaica.

Tras su deportación en 1927 a Jamaica, funda el partido político pionero People Political Party, en 1928. ¿Casualidad histórica? ¿Destinismo mesiánico? o ¿Perro huevero, aunque le quemen hocico sigue comiendo huevos?...

¡Oh sorpresa! En San Pedro de Macorís existe la creencia de una visita de Marcus Garvey o de sus delegados, entre 1930 y 1931, vendiendo los famosos folletos que le llevaron a la cárcel en los Estados Unidos años atrás. En San Pedro entonces se hablaba de la Danza de los millones, cuna de un pasado glorioso, que oralmente se quedaría como un recuerdo, que solo las ruinas de un teatro de ópera darían fe de las narraciones, entre fábulas y nostalgias provincianas.

Helipuerto en el Higüamo, Pan American acuatizaba ¿y alguna vez desembarcó el recio y astuto personaje de Jamaica, cuyo espíritu cosmopolita le había convertido en un calculador comerciante de sentimientos de opresión?. Más de un anciano cocolo dio fe de que la versión era verídica.

Aún si el dato está por confirmar, hubo consecuencias en una provincia marítima, que resultó atractiva para asentamientos humanos venidos de casi todas las islas de posesión inglesa, memoria histórica insertada en la vida dominicana, hoy desconocida y no utilizada como recordatorio en un país insular que tiene enclaves ánglicos en San Pedro, La Romana, Puerto Plata y Samaná, aunque en este último punto geográfico el origen del asentamiento nos vincula con el final de la Guerra de Secesión norteamericana.

Entre las consecuencias "de la visita" de Marcus Garvey a San Pedro de Macorís figura la instauración de una logia, ubicada en la calle Ignacio Arias, en el barrio de Miramar Adentro, casi al lado de donde vivía la abuela materna del poeta Norberto James. Dicha logia, llevaba o lleva el nombre, de la famosa línea de vapor que Garvey bautizara en los Estados Unidos de América, como "Black Star Line" (Línea de la Estrella Negra, de las siglas en inglés). Se dice que aún existe en San Pedro, no lo tengo confirmado.

Lo que sí es cierto es que "Black Star Line", se castellanizó popularmente como Blatalaien, la derivación del nombre original, fonológicamente es evidente.

Marcus Garvey es un héroe nacional en Jamaica. Bob Marley lo inmortalizó en sus reggae y las sectas rastaffarianas, conocidas por ese egregio y adorado petromacocrisano Don Antonio Zaglul, lo han incorporado a su simbología visual.

Marcus Garvey fue villano para unos, porque siempre se consideró que en Estados Unidos le había hecho el juego a Ku Kux Klan. Héroe para otros, porque se dice que avivó la conciencia de identidad racial en la Unión Norteamericana.

En mi humilde opinión, es un controvertido personaje cuya heroicidad es discutible, le veo como un hombre situado en una historia emocional, a la que le sacó provecho a costa de grandes sufrimientos, padecimientos y confusiones de sus clientes negros, que buscaban la vuelta al África, en el equívoco de que los Estados Unidos de América, solo era la patria de los amos blancos que los despreciarían por siempre.

Finalmente, Francisco Domínguez Charro, petromacorisano y poeta social, a propósito del tema en cuestión escribió un poema titulado Oh Viejo negro del Puerto, que Luis Días musicalizaría hacia los años 70.

Huelga destacar, que en dicho poema, escrito por Domínguez Charro en 1940 y contenido en el libroTierra y Ambar, el poeta sintoniza con las ideas aquí referidas cuando dice:

"¡Viejo negro del puerto!

¿Qúe deseo te taladra?

¿Que mística idolátrica penetra tus entrañas?

que, inmóvil como estatua, te embriagas

de fulgor de mil estrellas lánguidas?

Inútilmente sueñas, con tu retorno al Africa."

(Véase: Capitalismo y dictadura, Roberto Cassá, Editora de la Universidad Autónoma, 1982 - .

Movimiento obrero y lucha socialista en República Dominicana, Roberto Cassá, Fundación Cultural Dominicana. 1990.

Historia del movimiento sindical, volumen 2, Ruben Iscaro, Editoral ciencias del hombre, 1974.

El atrevimiento, novela de Manuel Salvador Gautier, 1993.

Tierra y Ambar, de Francisco Domínguez Charro, Talleres tipográficos de Francisco Castro Molina, 1940, San Pedro de Macorís)

Leonel Fernández planteamiento 3

Pero la solidaridad racial promovida en el ámbito internacional era de tal magnitud que se creó un comité de lucha contra la invasión italiana de Etiopía, en el 1935, lo cual dio origen a la celebración de congresos de intelectuales, encuentros de activistas y a la elaboración de publicaciones donde se hacían denuncias contra el colonialismo y el imperialismo.

Se desarrolló el criterio de conciencia y dignidad de los negros. Se difundió la idea de auto-determinación, integración y separación racial. Surgió el concepto de nacionalismo negro, que consistiría en la creación de espacios habitacionales sólo para miembros de ese grupo étnico racial.

Se organizaron cónclaves en distintas ciudades del mundo para promover la cooperación internacional en la diáspora africana y fomentar la cultura negra.

En fin, proliferaron movimientos artísticos que auspiciaron nuevos conceptos del gusto y de la estética. Se promovió la música jazz y el blues. Nació un movimiento cultural de extraordinaria influencia, como fue el Harlem Renaissance, y se constituyeron redes de intercambio entre escritores e intelectuales, como el creado entre figuras de la talla del novelista haitiano Jacques Roumain; y los poetas, Aimé Cesaire, de Martinica; Nicolás Guillén, de Cuba; y Langston Hughues, de Estados Unidos.

Carlos Francisco Elías respuesta 3:

La promoción del Jazz y el Blues, no se hizo por generación espontánea o por sospechosos misterios de la ciencia, todo arrancó el mismo día en mayo del 1945, cuando finaliza la segunda guerra mundial.

Los negros norteamericanos de las bandas militares y otros combatientes negros de la segunda guerra mundial, discriminados en el ejército en pleno frente de batalla, vieron en la acogida francesa un respiro y en 1949 se hizo el festival de jazz de París, con figuras claves tales como Mile Davis y el Quinteto de Ted Cameron, que incluía al mismo Davis. Otras figuras fueron, Sidney Bechet, Charlie Parker, Max Roach, Kenny Clark, entre otros. Desde entonces hasta hoy en los veranos, París es una ciudad jazzófila por excelencia.

Pero sobre este tema dejado a la libre, hay más ideas:

La experiencia de París acumulada, genera en tiempos de guerra fría una política del State Departament; asumir la música producida por el pueblo afroamericano como expresión de libertad, como un producto cultural sonoro de toda la nación norteamericana, ello origina las giras internacionales de músicos como Louis Armstrong, Duke Ellington y Count Basie.

El jazz y sus máximas figuras se convierten en embajadores de los Estados Unidos de América y viajan por el todo el mundo difundiendo esta música fabulosa y enigmática en su forma.

Obviamente, en tiempos difíciles estas giras fueron denunciadas y algunos músicos como Louis Armstrong, fueron tratados como hijos alejados de sus propias raíces por trabajar para el Estado norteamericano. Esa era la visión nacionalista negra sobre este tema.

En otras palabras, el avance del jazz en el mundo, de modo particular, tiene por objetivo difusión de políticas culturales del estado norteamericano, que veía en el jazz y sus figuras negras, una forma simpática de acercamiento musical de buena voluntad hacia otros pueblos de la faz de la tierra.

Sin embargo, la visión nacionalista de los negros radicalizados sobre el tema de los intercambios musicales era otra.

Para del hablar el nacionalismo hagamos algunas separaciones de importancia:

Primero, Marcus Garvey es un accidente histórico en este movimiento, luego su mención es un acto de rigurosidad cronológica fáctica, que no se puede evitar. Sin dejar de reconocer que Garvey astuto y sagaz, concibió un cuerpo de teoría para la autogestión de la comunidad negra.

Segundo, el eje esencial de los nacionalismos negros está centrado en el reconocimiento de África como una madre patria, espacio centrípeto de un sentir y de toda ideología reinvindicativa vinculada al etnicismo como parte de la heredad de la trata negrera de los siglos 17 y 18. (Obsérvese que no utilizo el término raza).

En el caso de los Estados Unidos de América, huelga afirmar que el tema tiene una fuerza del valor de la diáspora, como expresión del pueblo afroamericano y sus raíces, descubrir la pólvora en cuadritos sobre este tema, es ocioso.

Tercero, Frantz Fanon, autor de Piel negra máscaras blancas ( 1952) y Los condenados de la tierra(1961) desarrolló teorías sobre la revolución africana y al mismo tiempo criticó al movimiento de la negritud, aludido en el texto comentado más arriba de modo velado e impreciso.

Fanon, de brillante formación marxista, entendía que el movimiento de la negritud tenía barreras raciales e intelectuales que le aislaban, que le convertían en un ghetto de gentes inteligentes e interesantes, pero encerradas en sus propios debates y retóricas.

Como es conocido, el movimiento de la negritud se expresaba al través de la revista Presence Africaine (Presencia Africana).

En septiembre de 1956 la revista editaba un número especial sobre Le 1er Congres International des Ecrvains Noirs (El primer congreso internacional de escritores y artistas negros), celebrado en la Sorbonne, París, desde el 19 hasta el 22 de septiembre, donde estuvo en representación de Haití, el Dr Price-Mars, entonces rector de la Universidad de Haití.

Otras personalidades emblemáticas presente fueron Aimé Cesaire, de Martinica, León Damas de Guyana francesa, Leopoldo S. Senghor, Senegal, Richard Wright, afroamericano novelista, autor del famoso Hombre Invisible, Jacques S. Alexis, Haití, entre otras personalidades.

La tendencia de esta revista, sus artículos o ensayos diversos muestran una visión africanista ortodoxa y cerrada. Se puede comprender que un movimiento de intelectuales nacido en París en los albores de la descolonización de Argelia y el resto del África, haya tenido una cierta radicalidad teórica con respecto al tema de la racialidad en un espacio eje del colonialismo francés. Por cierto, el nombre Negritud, nación de un texto de Aimé Cesaire, titulado Negrerie y pronunciado luego públicamente por Senghor.

En cierta manera, fueron panafricanistas convencidos de que el colonialismo como ideología y práctica había diezmado la fuerza y la libertad de aquel continente, en aquellos años aún bajo yugo colonial.

Las ponencias de sus congresos tanto las de 1956, en París, como las de Roma en 1959, publicadas por su revista-vocero en números especiales, revelaban también una honda preocupación por los aspectos culturales negativos del sometimiento imperial, única coincidencia con Frantz Fanon, quien ejerciendo como médico residente en Blida, Argelia, en un hospital siquiátrico, experimentará las mismas preocupaciones por el ser colonizado y su despersonalización.

Este movimiento fue una postura nacionalista de los descendientes de las colonias francesas en la búsqueda de una expresión y reivindicación del ser negro en Francia, el mismo no pasó de ser un movimiento teórico, luego algunos llegarían al poder en sus países de orígenes y serían tan burgueses y amantes del poder, como el propio poder colonial que criticaban.

En los Estados Unidos de América, el nacionalismo negro pasó por una etapa confesional que incluyó la presencia de la religión musulmana, de modo influyente y persistente.

Originarios de espacios marginales, atrapados a veces por el vicio de la droga inducida por el propio sistema, muchos negros entendían que una creencia fuerte los disciplinaba y les mantenía la virtud impoluta de la lucha. Fruto de esta visión son dos personajes históricos emblemáticos en la cultura afromericana: Cassius Clay (Mohamed Alí) y Malcom Little Norton (Malcom X).

El confuso asesinato de Malcom X, instigado desde dentro de su propia comunidad religiosa, puso en evidencia que su liderazgo con fuerte ideología y gran carisma, era peligroso para la sobrevivencia del propio sistema.

El resto es una deducción lógica: hay crímenes de Estado encubiertos como crímenes comunes o disfrazados de falsas querellas grupales.

En los tiempos de resistencia civil de la comunidad negra urbana en los Estados Unidos, la confesión musulmana tuvo una influencia notable, siendo el refugio espiritual de todos aquellos que no querían ser parte de aquella sociedad. En esa ola, muchos jazzistas importantes abrazaron este credo, Sun Ra, Yussef Lateef, entre otros.

Para estos nacionalistas, el pueblo afroamericano era una expresión del tercer mundo en el corazón de una potencia del primer mundo, por el hacinamiento de los barrios negros, su insalubridad y falta de atención de parte de las instituciones del Estado. Incluso siendo presidente Obama, un afroamericano, esas situaciones en muchos lugares de América no han cambiado.

En cuanto a los Panteras Negras (Black Panter) y todo lo que pudo significar en la práctica ese movimiento de resistencia política y social, existe un excelente documento fílmico realizado por directores y camarógrafos suecos titulado The Black Power Mixtape 1967 - 1975, donde figuras como Stokely Carmichel, Ángela Davis, Bobby Seale, hacen graves denuncias en aquellos tiempos sobre una campaña de drogas inducidas de modo masivo en los barrios negros para quebrar, por la vía del vicio, las voluntades revolucionarias de aquel movimiento. El director de dicho documento fílmico es Göran Hugo Olson.

(Véase, Theodore Draper, El nacionalismo negro, Alianza Editorial, Madrid, 1972 Leroy Jone ( Amiri Baraca)Blues People, ediciones nortesur, 1963 Manuel Lopez Poy; Camino a la libertad / Historia social del Blues, editora Bad Music Blues, Madrid, 2009.

Pilar López Gutiérrez, Nacionalismo negro en los Estados Unidos y el miedo al poder negro, Red Visual, revista 9/10, mayo Guadalquivir, 2009.)

Leonel Fernández planteamiento 4

Independencia y Black Power

Por otra parte, luego de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, se desató un proceso, a escala planetaria, de lucha contra el colonialismo y las potencias imperiales de la época, que permitió el surgimiento de un movimiento en favor de la independencia, soberanía y auto-determinación de nuevas naciones.

En el caso específico de África, esa lucha se manifestó a través de movimientos nacionalistas, con fuerte identificación racial, los cuales fueron encabezados por grandes líderes que terminarían convirtiéndose no únicamente en los padres fundadores de sus respectivas naciones, sino en íconos internacionales de los pueblos en lucha contra el colonialismo, la opresión, la marginalidad y la discriminación racial.

Entre esos líderes se encontraban Kwame Nkrumah, de Ghana; Jomo Kenyatta, de Kenya; Léopold Senghor, de Senegal; Julius Nyerere, de Tanzania; y Amilcar Cabral, de Guinea-Bissau, quienes se apoyaron en la etnicidad, la religión y la lengua para alcanzar sus objetivos de erradicar la dominación colonial.

Esa ola de lucha contra el colonialismo clásico o tradicional, y en favor de la independencia, alcanzó la zona del Caribe a principios de los años 60, escenificándose las primeras confrontaciones en Jamaica y Trinidad.

En esos lugares, como en la otras islas de la región, había una notable influencia, además del movimiento independentista africano, del Black Freedom Movement en los Estados Unidos, que fue de donde salieron el movimiento moderado de los Derechos Civiles, encabezado por Martin Luther King Jr., y el Black Power, de carácter más radical, cuyas cabezas principales fueron Malcom X y el grupo de los Panteras Negras.

Todo eso coincide, a su vez, con las grandes batallas que libraba Nelson Mandela en África del Sur en contra del Apartheid, que era el brutal régimen de segregación racial empleado por la minoría blanca que gobernaba aquel país.

El intercambio, el apoyo y la solidaridad racial se practica entre todos estos pueblos en lucha, los cuales, aún después del éxito de sus contiendas, se mantiene, como expresión de un pasado común de oprobio y discriminación, así como de esperanzas e ilusiones compartidas hacia un mejor porvenir.

Eso es lo que explica la defensa colectiva que rápidamente se asume frente a todo lo que pueda percibirse como una virtual agresión a cualquiera de los integrantes de ese conjunto de pueblos surgidos al calor del combate contra la esclavitud, la humillación y la discriminación; y es lógico comprender, en el contexto de esas luchas épicas por la libertad, la admiración que suscita, como símbolo de redención, la Revolución haitiana, la primera en el mundo en liberar a los esclavos negros africanos de las cadenas de la ignominia y la opresión.

*******

Conclusiones de Carlos Francisco Elías

No cierto que esa admiración hacia el valor histórico de la revolución haitiana, opere de modo tan lógico y natural. Venderme esa idea, enviármela a mi correo, es casi acusarme de tonto redomado.

Si me la pusiera de este modo, entonces lo entendería. Basada en esa admiración se hacen gestiones diplomáticas para buscar establecer similitudes y aislar a un tercero que no tiene, por accidente de la historia, el mismo sentir sobre algunas aberraciones de etnias y colores.

Las defensas aludidas, las agresiones defendidas agrupados por sentimientos de admiración tienen una estrategia diplomática detrás. A otros con esas inocentadas.

Ese es otro aspecto de la realidad que los ciegazos a conveniencia no pueden ver ni señalar, porque afectarías sus intereses paternalistas que no son tales...

El historicismo en este debate es una gran excusa, no hace mucho lo escribí, es una trampa que aísla el presente y pretende colocar el debate en el pasado.

El texto al que le he dado respuesta es una justificación baladí (en apariencia, of course) de ataques extra insulares que han olvidado parte de una memoria social que tuvo asiento en este país cuando el imperio británico en la primera y la segunda guerras mundiales, dejó un poco de lado sus posesiones en el Caribe menor.

El conocimiento es una práctica, no se puede enmarañar de fofa erudición al garete. Mucho menos, pretender justificar situaciones actuales, por historicismos manipulados a conveniencia de un Estado que elude sus responsabilidades para con sus connacionales para, de modo avieso, crear situaciones de crisis a quien en cierta manera le entapona su posible estallido social.

Finalmente, curiosamente detrás de ese historicismo se escoden los remanentes de una dictadura que fue implacable con el pueblo haitiano, teniendo como coro a una oligarquía encumbrada en la sangre y la miseria de ese país, solo queda una pregunta por hacer:

¿Esos son los continuadores de oda esa de historicidad anti esclava en brillante ejercicio democrático?...(CFE)

No hay comentarios: