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domingo, 6 de julio de 2014

¿Guacanagarix? Principales avenidas de la capital honran extranjeros

Avenida George Washington
Historiadores, educadores y otros profesionales atribuyen al sistema educativo y a razones políticas que hechos y personajes meritorios estén en el anonimato

PILAR MORENO
Fuente, http://elnacional.com.do/

En un hecho insólito, justificado solo por complejo de Guacanagarix que históricamente ha pesado sobre los dominicanos, la mayoría de las calles, avenidas, escuelas, monumentos y parques honran las memorias de personalidades extranjeras que, en la mayoría de los casos, no tienen ninguna relación con el país ni méritos para merecer ese honor.

Charles Sommer, Tiradentes, Winston Churchill, Charle de Gaulle, Sumer Wells, John F. Kenndy, Olor Palmer, Sarasota, Juan Pablo I, son algunos de los personajes franceses, norteamericanos, polacos, ingleses, turcos, honrados por los dominicanos sin que hayan hecho ninguna contribución para el desarrollo del país.

La física polaca Madame Cury, el cantante mexicano Agustín Lara, el estadista turco Mustafá Kerman Atatürk Florence, el político israelí David Ben Guirón se suman a la larga lista de extranjeros que nombran lugares públicos en el territorio nacional.

Empero, permanecen en el anonimato dominicanos que han hecho significativos aportes a la vida económica, política, educativa, patriótica y científica del país.

El país tampoco destaca acontecimientos y fechas que deben permanecer frescas en las memorias de las presentes y las futuras generaciones.

El historiador Roberto Cassá, director del Archivo General de la Nación, se pregunta ¿por qué ninguna gran avenida o carretera se llama 24 de Abril?, en recordación a la gesta constitucionalista de 1965.

“El 24 de Abril requiere una presencia en las calles de primer orden”, dijo, argumentando que, si las personas quieren tener una identidad, debe tener nociones claras de la historia del territorio que habitan.

En algunos casos, como sucede con los héroes que ajusticiaron a Rafael Leonidas Trujillo, sus nombres designan a calles de muy escaso tránsito que, con frecuencia, carecen de rótulos.

“A los verdaderos héroes nacionales no los conoce nadie”, afirma la doctora Luisa Navarro, directora de la facultad de Historia y Antropología de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

“Hay muchos de la historia del pueblo que no están en ninguna parte”, señaló Navarro, quien cuestiona la “inorancia y la falta de nacionalismo” de los integrantes de las salas capitulares.

Refiriéndose a los regidores, precisa que “son personas sin formación, que por razones políticas aprueban proyectos que les dan sectores ajenos a la formación nacional”.

El doctor Cassá atribuye el hecho a un ardiz de Joaquín Balaguer para, a través de figuras como Kenndy, Churchill y Charles de Gaulle, eludir reconocer los aportes de patriotas como Francisco Alberto Caamaño, Manolo Tavárez Justo y Minerva Mirabal y otros que sacrificaron sus vidas por el país.

“Fue además una forma de abrirse a cierto reconocimiento internacional”, dijo.

Ambos pareceres podrían explicar por qué Balaguer, cuando inauguró la ampliación de la avenida Enrique Jiménez Moya, en 1967, la nombró Winston Churchill, desde la 27 Febrero hasta la John F. Kennedy.

La Jiménez Moya se extendía desde la desde la avenida George Washington hasta la Independencia y fue ampliada por Balaguer hasta avenida John F. Kennedy.

Jimémez Moya era un combatiente antitrujillista, comandante de la expedición Constanza, Maimón y Estero Hondo, de 1959.



El doctor Dantes Ortiz Núñez, profesor de Historia y Geopolítica de la escuela de Historia y Antropología de la UASD, festejaría que el Ayuntamiento del Distrito Nacional le quitara el nombre de Churchill a esa importante avenida.

¿Por qué un hombre ególatra, colonialista y antidemocrático como Churchill tiene que nombrar una de las principales avenidas del país?, se preguntó.

Ese político y militar inglés gobernó su país en dos oportunidades, de 1940 a 1945 y de 1951 a 1955. Previamente ocupó diversos puestos gubernamentales.

En 1926, ordenó el ametrallamiento de los mineros en huelga.

“O el país rompe la huelga general o la huelga general romperá al país”, dijo en esa oportunidad ese gran admirador del italiano Benito Mussolini.

Sin ningún remordimiento, el profesor Ortíz Núñez sustituiría el nombre de George Washington de la avenida principal de la capital dominicana y prefiere que el puente Rey Juan Carlos I lleve el nombre de un dominicano y no de un personaje a quien atribuye haber “restringido las libertades “en un país donde no hay ciudadanía sino subditos”.

“A Charles Summer lo quitaría sin titubeo”, expresó sobre ese personaje del siglo XIX, que se refirió a los dominicanos como un pueblo de degenerados y negros.

Sin embargo, justifica y saluda que el país honre con calles, avenidas y monumentos al venezolano Simón Bolívar, Fray Antón de Montesinos, José de San Martín, al español José Ortega y Gasset, al escocés Alexander Fleming, al puertorriqueño Eugenio María de Hostos y Bernando Correa y Cidrón, por sus aportes a la humanidad y a sus países.

Señaló que existen acuerdos internacionales que contemplan que los países designen espacios públicos con los nombres de otros.

El profesor Ortiz Núñez expresó que esos acuerdos justifican la existencia en el país de escuelas públicas, avenidas y parques que llevan por nombres Estados Unidos, España, Costa Rica, Venezuela, Cuba, República de Haití, República de de Colombia, Caracas.

“Hace uno dos o tres años una de las principales calles de Manhattan, en Nueva York, lleva el nombre del patricio Juan Pablo Duarte”, recalca.

“Es una lástima que una provincia no lleve el nombre de Eugenio María de Hostos”, expresó, luego de hacer referencia a sus aportes a las letras, el teatro, la filosofía y la enseñanza.

Por ejemplo, recordó que Fleming descubrió la enzima antimicrobiana llamada lisozima y fue el primero en observar los efectos antibióticos de la penicilina obtenidos a partir del hongo. Cassá y Ortiz Núñez consideran que una falla en el sistema provoca que la mayoría de la población conozca la historia de los personajes, nacionales y extranjeros que nombran los lugares públicos. Cassá considera inconcebible que muchos jóvenes desconozcan quiénes fueron personajes que como José Francisco Peña Gómez, Joaquín Balaguer y Juan Bosch, murieron hace pocos años. “Entonces, el país tiene que hacer un esfuerzo de activar y desarrollar la enseñanza de la historia.

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