“Políticos Anónimos”

Pedro Dominguez Brito

Especial/Noticias A Tiempo.Net

E-mail: josemlct11@hotmail.com

No me refiero a "Alcohólicos Anónimos", que es una organización de bien en el mundo. Propongo, inspirado sí en "Alcohólicos Anónimos" la creación de “Políticos Anónimos”, una institución sin fines de lucro (no una ONG dirigida por algún diputado) con los siguientes objetivos: desintoxicar de egoísmo y mediocridad a ciertos políticos y convencerlos de que dejen esa actividad, pues la han pervertido.

Naturalmetente, entre los miembros de ambas instituciones habrá sus diferencias: el alcohólico anónimo se destruye a sí mismo y a su familia, mientras que el político anónimo desbarata al país, lo cual es más peligroso y condenable, sin negar el daño social que provoca el primero.

¿Quiénes deberían participar en las reuniones de “Políticos Anónimos”? ¡Ay, serían tantos! Hasta ahora los síntomas son identificables, aunque no se ha triunfado mucho en prevenirlos, aunque poco a poco vamos avanzando.

Sé que muchos de los potenciales miembros dirán que no están enfermos, que eso es la gente inventando.

Pocos reconocerán que necesitan ayuda profesional; se negarán a aceptar su adicción a la corrupción, a la demagogia, al clientelismo, a la falta de vocación de servicio...

Incluso el aspecto físico y su forma de actuar los delatan, pues sus rostros se deforman, sus gestos son fingidos y sus estilos de vida los acercan a la muerte de la moral y la ética.

Los candidatos a participar en “Políticos Anónimos” se emborracharon de grandeza, jurando que el poder era eterno y que podían utilizarlo a su antojo por los siglos de los siglos, poder que no supieron mantener dignamente y que ahora sufren la dolorosa resaca de no disfrutarlo, muchos para siempre.

Son “Políticos Anónimos”, además, los que se bebieron hasta el alcohol para desinfectar la herida del desvalido, los que le temen a la verdad, los que no ceden espacio, los arcaicos que piensan que estamos en el Siglo XIX, los que no estudian, los embusteros, los chantajistas, los prepotentes, los que andan dando tumbos y “tumbes” por la vida, los que caminan eternamente con la cabeza adolorida por la carencia de virtudes.

Es mi esperanza que surja “Políticos Anónimos”, y que estén los que deban estar, para ver si se sanan y se mantienen anónimos (alejados) de la política (que es su vicio), también por los siglos de los siglos.