Grisbel Medina R.
sonriete_gris@hotmail.com
Fuente, Listin Diario
Es una alegría para mí ver a tantos padres acompañando a las “mamis” en las clases de la Liga de la Leche en Santiago. Y además escuchar sus intervenciones, a veces más frecuentes que las de las mujeres con el vientre abultado por la dulce espera. Algo está cambiando para bien: los hombres -muchos y jóvenes- se involucran en el proceso de la maternidad asumiendo un rol importante para la salud emocional de sus parejas y sus bebés.
La celebración del baby shower (con su consabida lista de regalos), es una fiesta adoptada en el sistema, como diría mi amiga Giamny Liranzo. Digamos que es la primera fiestecita para recibir a la criatura que está por nacer. Y suele requerir tantos detalles como espacio tenga usted en la billetera. Sobre ese tema, una de las facilitadoras de la Liga de la Leche, aconsejó: “No se estresen con una celebración costosa. Su bebé las necesita tranquilas, en paz. Al final a un bebé solo le urgen tres cosas: el pecho de su mami, la piel con piel y cinco ropitas”.
En esto pensé cuando recibí una hermosísima carta de mi amiga Dilenia Santiago, residente en EEUU. Es una mujer de pensamiento aterrizado, de proceder práctico y de mirada proactiva. Sus misivas tienen la particularidad de dejarme siempre con la lengua afuera y los ojos más abiertos. Les comparto sus recientes líneas: “Bella, el 75% de lo que compres no será utilizado. Esos bebés solo saben comer y evacuar. De ropa, solo compra onasies blancos para que le saques la curtiembre a cloro limpio. Luego de eso, pañales y wipes es todo lo que necesitarás en mucho tiempo. Y como de seguro saldrá un penco muchacho, no compres NADA newborn...dejan todo en las primeras tres semanas. No te llenes de regueros que luego es abrumador. Dale tus tetas que es el mejor regalo para él.
Abre una cuenta de inversiones o de ahorros con buen interés, compra acciones en el banco o money market, cualquier cosa que sea poner fondos para la educación de mi muchacho, porque eso si te saldrá carísimo. Así que, cuando abras la cuenta, me das el número y el banco para mandar el regalo de la tía Dilenia para la educación de mi hombrón en quien tengo muchas esperanzas. ¡Que sigan pariendo hombres de bien las mujeres buenas! Un abrazo”
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