Alejandro Asmar
Tomado de facebook
Elegir de nuevo, ratificar la confianza en una gestión, eso es simplemente reelegir.
La reelección es propia de las democracias, no existe en las dictaduras.
Si se está en contra de la reelección, en un sistema democrático, se debe tener esa posición por principio, en el entendido de que todo poder político, que se prolonga en el tiempo, corrompe el alma.
Un anti-reeleccionista, se opone a la continuidad en el poder más allá de un período, en todos los estamentos de elección partidaria o gubernamental.
Debe además incluir a Congresistas, Alcaldes y Regidores, incluso con carácter retroactivo, para que no regresen los que otrora fueron.
En el argot político, oponerse a la reelección de otro, pero no a la de si mismo, se denomina demagogia, procedimiento usado para convencer al pueblo y convertirlo en instrumento de la propia ambición política.
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