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jueves, 30 de enero de 2025

Claves para evitar la tentación


Por Néstor Estévez 

Especial/Noticias A Tiempo 

La oración más difundida en el ámbito cristiano incluye un pedimento para no caer en la tentación. Aunque mucha gente lo dice “en automático”, la relación es virtuosa entre mantener foco y evitar la tentación.

Podríamos escribir muchos volúmenes sobre tentaciones y la pertinencia de querer evitarlas. No faltaría quien reclame exponer sobre la necesidad de clasificar las tentaciones. Eso permitiría encontrar algunas en las que probablemente quisiéramos caer, quizás sin reparar en consecuencias. Pero eso, con todo y lo atractivo que parece, podría ser retomado oportunamente.

Por esta vez escojo referirme a esa tentación que representan los “cinco minutos de fama” que tanta gente busca. Hasta hace pocos años, los medios de difusión masiva eran una puerta grande para lograrlo. Si revisamos, desde ponerle imagen a una voz que escuchábamos en la radio hasta idolatrar a alguien que veíamos en la “pantalla chica” eran “pan de cada día” y referente de grandeza.

La incursión, primero de internet, luego de “las redes” y más recientemente de “las plataformas” ha cambiado el panorama y, con ello, la vía y la manera para lograr fama. Lo que sigue sin cambiar, al menos de manera significativa, es ese “deseo de fama” tan generalizado y, en consecuencia, la disposición a caer en la tentación de hacer lo que sea para lograrla. Eso incluye desde ponerse en ridículo hasta “vender a su madre” con tal de lograr sus “cinco minutos de fama”.

El tema fue tratado en la conocida “Pirámide de las necesidades”, del estudioso estadounidense Abraham Maslow. Según él, las clasificadas como “sociales” y “de ego” se corresponden con el tipo de placer generado por la satisfacción que siente mucha gente que dice comunicar. Pero todavía más: hay gente a la que muy poco le importa eso de comunicar; su afán es hacerse notar.

Otro estadounidense, Andy Warhol, una de las figuras más icónicas del arte pop del siglo XX, acuñó una especie de “profecía” en una frase. “En el futuro, todo el mundo será famoso durante 15 minutos”, decía, para 1968, el artista descendiente de migrantes eslovacos.

Este hombre, sencillamente quería reflejar la fugacidad de la fama, especialmente en un mundo cada vez más dominado por los medios de comunicación y la cultura de las celebridades. Con el paso del tiempo, su expresión es un símbolo de la fama efímera, especialmente la vinculada a las redes sociales, donde personas comunes pueden ganar notoriedad repentina, aunque temporal, gracias a videos virales, tendencias y escándalos.

Con todo y lo seductor que esto resulta para la inmensa mayoría, si se analiza un poquito será fácil caer en la cuenta de dos cosas. Como Warhol, de lo pasajero y baladí del asunto. Y también de los problemas que la fama incluye, principalmente para quien no sabe gestionarla. Desde personas que no salen de un problema hasta otras que han perdido la vida son muestras de lo que ese deseo desmedido puede provocar.

Es ante ello que, para quien atine a caer en la cuenta y además se anime a tomar algunas medidas, no está de más compartir algunas claves para evitar “caer en la tentación”.

Comienza por priorizar la calidad sobre la cantidad. Es preferible compartir menos información, pero que sea relevante, valiosa y bien fundamentada. Te puede ayudar la regla de los tres filtros de Sócrates: antes de hablar, considera si lo que vas a decir es verdadero, bueno y útil.

Reflexiona antes de lanzar. Aplica una pausa consciente antes de hablar o publicar. Escribir un borrador y releerlo puede ayudar a evitar la impulsividad. Y todavía mejor: la tentación de participar sin mucho contenido se reduce cuando adoptamos una actitud de aprendizaje. Dedica más tiempo a leer o escuchar fuentes confiables antes de emitir juicios. Practica la escucha activa y valora las perspectivas de los demás.

Enfócate en temas que sean relevantes para tu propósito. En lugar de comentar sobre todo, elige temas alineados con tus intereses, conocimientos o metas personales. Esto te permitirá aportar más valor y evitar la dispersión. Define un marco personal de comunicación. Pregúntate: ¿cuáles temas abordaré en público y cuáles límites debo poner?

Hay otras muchas estrategias. Pero éstas ayudan para evitar la tentación y avanzar en propósitos trascendentes.

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