Tony Rodríguez/elratondigital.blogspot.com
Ocupar las calzadas hasta el borde de la calle, poner en zozobra a un vecindario con la música estridente y a altas horas de la noche, no contar con normas mínimas de higiene, bloquear el tránsito de una avenida o calle con vehículos parados en doble línea, no pagar impuestos, son parte de los “atributos” de la informalización económica que invade barrios, urbanizaciones y áreas céntricas en Dominican Landia.
Toda una moda que ha ido generalizando en el país, sin que las autoridades de los municipios pongan control, sin que Barrio Seguro, Policía Anti-Ruidos ni nadie detenga la tolvanera.
Mientras propietarios de restaurantes, bares, cafés y otros negocios se quejan de la ausencia de clientes y de los altos impuestos y arbitrios a los que están obligados, la bola de nieve se impone en las calles.
No solo se trata de una moda, la lógica de esto, es que quien no paga alquiler de un establecimiento, quien no tiene que disponer de parqueo, ni pagar impuestos, ni electricidad, ni seguridad social, ni está obligado a transferirle a los clientes el 16 y el 10 por ciento, sale ganando. Pierde el fisco, los comerciantes formales y los residentes en el entorno donde se impone la chabacanería de los que han relajado el comercio.
Ocupar las calzadas hasta el borde de la calle, poner en zozobra a un vecindario con la música estridente y a altas horas de la noche, no contar con normas mínimas de higiene, bloquear el tránsito de una avenida o calle con vehículos parados en doble línea, no pagar impuestos, son parte de los “atributos” de la informalización económica que invade barrios, urbanizaciones y áreas céntricas en Dominican Landia.
Toda una moda que ha ido generalizando en el país, sin que las autoridades de los municipios pongan control, sin que Barrio Seguro, Policía Anti-Ruidos ni nadie detenga la tolvanera.
Mientras propietarios de restaurantes, bares, cafés y otros negocios se quejan de la ausencia de clientes y de los altos impuestos y arbitrios a los que están obligados, la bola de nieve se impone en las calles.
No solo se trata de una moda, la lógica de esto, es que quien no paga alquiler de un establecimiento, quien no tiene que disponer de parqueo, ni pagar impuestos, ni electricidad, ni seguridad social, ni está obligado a transferirle a los clientes el 16 y el 10 por ciento, sale ganando. Pierde el fisco, los comerciantes formales y los residentes en el entorno donde se impone la chabacanería de los que han relajado el comercio.
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