José Manuel Castillo, director Noticias A Tiempo. Whatsapp: 8098160105, josemlct11@hotmail.com. Santiago, República Dominicana.
jueves, 9 de diciembre de 2010
Un caso, una historia; un mensaje.
OSE ALFREDO ESPINAL
Director/Caribbean Digital
SANTIAGO, República Dominicana- Con la disculpa pública que hizo el comerciante José Martín Santos Vásquez, él no se rebaja ante el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, el Colegio Dominicano de Periodistas ni ante este comunicador social, todo lo contrario, al reconocer su error se engrandece como ser humano.
Los gremios periodísticos y un servidor no ganamos este caso, pero tampoco el comerciante perdió ante nosotros. Sólo exigimos nuestro derecho como periodistas y como ciudadanos.
El incidente con el señor Santos Vásquez pudo haberse evitado si no iniciaba una cadena de acusaciones difamatorias en plena vía pública, con el apoyo de vecinos y otras personas que por su defensa al comerciante parecían sus familiares y amigos muy cercanos.
Quien suscribe no es un hombre de confrontaciones personales y creo que por las disculpas el comerciante tampoco es una persona de buscar problemas sino de familia y de trabajo como este comunicador social.
En ningún momento quisimos provocar daños que afectaran la buena imagen del comerciante ni de su establecimiento comercial, primero porque no es nuestra filosofía profesional y segundo porque el trabajo que realizamos lo hacemos con responsabilidad partiendo de un criterio de justicia social.
Nuestra joven carrera como profesional de la comunicación la hemos tratado de ejercer apegado de la manera posible a la ética y la honestidad. Hemos fallado como seres humanos y en el futuro podríamos cometer errores nuevamente, y sin embargo, tratamos de hacer nuestro trabajo de la manera más objetiva posible.
Sé y en eso estoy bien claro, que los periodistas que respetan y tiene credibilidad la sociedad no es aquel que protagoniza escándalos para darse famoso, sino aquel que verdaderamente juega su papel como un ente social.
Si nos graduamos en una universidad por un milagro de Dios y el espíritu combativo por ser alguien en la sociedad, nuestra conciencia no nos permitirá usar nuestro poder de la comunicación para querer atropellar a un honesto comerciante o un ciudadano común y corriente que haya cometido un error posiblemente involuntario.
Debo expresarles, sin embargo, que hay un compromiso social del periodista que es jugar su rol aunque estemos enfrentando al más poderoso empresario, al peligroso narcotraficante, al intolerante funcionario o al más pobre ciudadano. Eso es lo que hacemos y estamos dispuestos a seguir luchando con ese objetivo.
Aceptamos las disculpas del señor comerciante José Martín Santos Vásquez, propietario de Alitas Picantes y nosotros humildemente también hacemos públicas nuestras excusas por los inconvenientes que hayamos podido causarle.
Estaremos aquí para serviles, a Santos Vásquez, y a todo aquel ciudadano que entienda que podamos serle útil en cualquier momento.
También, estaremos aquí para combatir las injusticias y defender el derecho de los ciudadanos en la manera en que nos sea posible hacerlo.
Agradezco los comentarios solidarios, pero a pesar de los juicios malsanos que hemos recibido estamos conforme con nuestro accionar como profesional y como un ser humano con temor a la ira de Dios.
Justicia es una palabra que todos exigimos cuando se nos violan nuestros derechos. ¿Cuántos podemos cumplirla?-
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