José Manuel Castillo, director Noticias A Tiempo. Whatsapp: 8098160105, josemlct11@hotmail.com. Santiago, República Dominicana.

miércoles, 24 de octubre de 2012

EL MOCO FISCAL

Marielys Duluc
Por: Marielys Duluc Reyna 
Especial/Noticias A Tiempo
E-mail: josemlct11@hotmail.com

Estábamos disfrutando un café en la cocina, cuando mi sobrino Adrián de 4 años interrumpió el coloquio; entró con la cara roja, llorando a mares y con lágrimas a borbotones. Sus gritos retumbaban en las losetas y parecía el sonido de un prisionero en Guantánamo. Asustados nos apresuramos a indagar qué pasaba: 

_ ¿Te caíste? ¿Te duele algo? ¿Estás bien? ¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras?-Bombardeábamos al niño con preguntas.

El pobre, asfixiado por su llanto, no podía respondernos. Tranquilamente el padre de Adrián entró a la cocina y su rostro cargaba una sonrisa de esas de oreja a oreja, que preceden una travesura. 

_ ¿Qué le pasó al niño? _gritó histérica la abuela, que con servilleta en manos limpiaba la carita del mártir. 

_ Pregúntele usted doña, pregúntele a su nieto. 

Adrián se estrujó los ojos con los puñitos, tomó aire y sin dejar de llorar soltó lleno de dolor un ¡Ay! 

_ ¡Ayy abuela, estoy muy mal! - Sentenció el pequeño. ¡Ayy mi moco! Mi papito me quitó un moco de mi nariz- dijo entrando un dedo en su fosa nasal izquierda. Yo necesitaba ese moco- continuó Adrián entre hipidos – Quería comérmelo, pero él me lo sacó- señaló devastado al papá. 

Los presentes queríamos reírnos de las ocurrencias del pequeño, pero por esas cuestiones modernas de psicología y educación de los niños, nos contuvimos. 

_ ¿Estás llorando por un moco? Gritó la abuela- ¡Corran! A este niño hay que llevarlo al médico, está enfermo. 

_ ¡No! No estoy enfermo- Se defendió enojado la víctima de usurpación. Quiero mi moco, es mío. Es una injustica que me lo quiten. Yo quería tanto comérmelo y ya no está- continúo entre lágrimas y mocos el pequeño. 

Frente a este escenario, yo sonreí, respiré y me dije “¡Gracias a Dios que este niño no entiende de Paquetazos, Reformas Fiscales e impuestos. De ser así, pasaría días llorando al ver como se nos grava la vida en todas sus facetas y nos quitan los mocos, las risas, el dinero y el sueño”. 

Como por arte de mañas, se nos des-blindó la economía luego de las elecciones, el circo, el rey y los payasos. Pocos meses después, tenemos un déficit fiscal de más de 180,000 millones de pesos, unos desfalcos injustificados y unos defensores arduos del barrilito, pensiones y sueldos más elevados que el ego del expresidente Fernández (que por cierto es alcahueteado internacionalmente como Gran Economista y Señor Mediador). 

Pero en fin, tenemos un déficit fiscal innegable. Ahora nos acusan de ser un pueblo exigente, de querer mejoras en la educación, salud, seguridad ciudadana, tener agua, luz, calles sin cráteres y hasta de comer tres veces al día. 

Mientras la fortuna y los patrimonios de quienes en tiempo de campaña brindaban “Moet & Chandon”, ha crecido en porcientos incalculables, los hijos de nadie (dígase el pueblo), contenemos la respiración, no vaya a ser que se den cuenta esos usureros del valor del aire y quieran poner impuesto al oxigeno. 

Y solo me pregunto ¿Es que no salen a las calles y ven como está la gente? ¿Es que no temen la ola de violencia y corrupción que nos arropa? Hay un estrés general en la población causado por la dureza de sobrevivir. Profesionales frustrados de tanto estudiar y ahora pasan trabajo para conseguir trabajo. 

Los periódicos abarrotados del apocalíptico grito de sectores, vaticinando la quiebra masiva de empresas y comercios. No soy experta en cuestiones de finanzas y números, (prefiero las palabras) pero no hay que ser un erudito para entender que si sacas, restas y exprimes una economía y un salario que no da más, el único resultado es un colapso y cifras negativas. 

Como explica el economista Carlos Arturo Guisarre: “La reforma fiscal tendrá un impacto negativo en el presupuesto familiar. Tomemos como ejemplo a una familia que en promedio gane RD$40,000.00. De un día para otro, el alza de impuestos disparará sus gastos en más de un 9%. Si una inflación anual de 9% es catastrófica, imagine el efecto que puede tener un aumento de gastos de esa naturaleza en tan sólo 24 horas” 

Contrario a aumentar el presupuesto nacional, se creará una recesión que parirá más pobres en estas calles tan llenas ya de miserias, y llevará a emigrar a cualquier Norte todo aquel que tenga la posibilidad de irse del país. 

Los dominicanos logramos superar las crisis por nuestra capacidad de drenar y relajarnos; por ser un pueblo de fiesta que mientras tenga comida, música y diversión, todo lo puede. ¿Qué pasará cuando la falta de efectivo nos margine a las cuatro paredes de una casa? ¿Cuándo los vehículos se llenen de polvo por falta de combustible para moverlos? ¿Cuándo la factura de los servicios básicos nos quite el plato de la mesa? 

El presidente Danilo Medina podría hacer un experimento antes de aplicar la reforma. Y escuchar las sugerencias de reducir los gastos públicos, reducir el personal diplomático y consular, los sueldos, sobre sueldos, bonificaciones, dietas y compensaciones de sus funcionarios, así como las carteras y nombramientos “medalaganarios” ; desaparecer instituciones y ONGs prehistóricas, sin más funciones que las de tomar un pedazo del presupuesto. 

El primer ciudadano del país debería de abrir la boca y escupir a los culpables. Que deje de encubrir las burlas, despilfarro, viajes de lujo, riquezas y fiesta de palos de la pasada gestión (y por Dios, ya suelten al PRD y asuman las culpas y trapos sucios de la casa morada oficial). Que deje el miedo y esté claro del problema en que se metió, que la economía no está blindada y la realidad dominicana no es color lila. 

No escribiré más, desde hoy ahorraré palabras y la batería de mi computador (la luz viene fuerte). Acompañare a mi sobrino a llorar; él por su moco perdido y yo, por tener que asumir la reforma fiscal más injusta, desmedida y arbitraria de la que tengo conciencia. ¡Este paquetazo es un moco! De esos grandes, difícil de sacar y que te impiden respirar en paz. 

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