Los virus de la hepatitis afectan a alrededor de 424 millones de personas en el mundo, de las cuales 1,4 millones mueren cada año. Es una epidemia silenciosa ya que la mayoría de las personas que la padecen desconocen estar infectados. “Las personas tienen muy poco conocimiento acerca de la hepatitis, de su potencial gravedad y de sus serias consecuencias en la salud y calidad de vida” señala la doctora Carissa F. Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en vísperas del día mundial de esta enfermedad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado a los diferentes países para que tomen medidas de alerta y prevención ante esta epidemia que causa dos muertes por minuto en el mundo. “El número de defunciones asociadas con la hepatitis es aproximadamente igual al de personas que mueren en las carreteras por lesiones de tráfico” compara Rafael Mazin, asesor principal en VIH de la OMS.
Existen cinco tipos de hepatitis actualmente, pero son la B y la C las más mortales, ya que pueden desencadenar cáncer de hígado y cirrosis si no se detectan y tratan a tiempo. El doctor Keiji Fukuda, director general de la OMS, ha advertido de que se trata de infecciones silenciosas, es decir, los afectados no presentan síntomas hasta que no presentan ya graves daños; por ello, ha alertado de la importancia de hacerse las pruebas de detección.
Este año, con motivo del Día Mundial contra la Hepatitis, que se celebra el 28 de julio, la OMS ha elaborado un estudio sobre 126 países acerca de estos virus, para identificar las zonas con un mayor índice de riesgo de infectados por hepatitis B y C, y seguir un programa de prevención e inmunización.
Dicho estudio reveló que sólo 47 de los 126 países cuentan con un plan escrito para combatir la infección y sólo 36 cuentan con unidades especializadas. El uso de drogas inyectables, las relaciones sexuales de riesgo, los tatuajes, piercings o transfusiones sanguíneas son algunas de las posibles vías de contagio.
En 2010 la OMS comenzó con sus primeros programas de advertencia sobre la hepatitis, y desde entonces ha colaborado a nivel mundial para combatirla. Esta enfermedad supone una pesada carga para los sistemas de salud, por los elevados costes de su tratamiento, además, en muchos países es la principal causa de trasplantes de hígado. “Muchas de las medidas para prevenir el contagio de los virus de la hepatitis se podrían ir implantando, para así compensar los grandes costes económicos de los tratamientos en un futuro” explica el doctor Sylvie Briand, director de Epidemias y Pandemias de la OMS.
La hepatitis es una inflamación del hígado causada por una infección vírica. Los diferentes tipos de este virus se contagian por distintas vías de transmisión. Las hepatitis A y E por comida y agua contaminada; las de tipo B, C y D por los fluidos del cuerpo, como puede ser la sangre o el mantener relaciones sexuales sin protección, entre otras.
La OMS ha aprobado vacunas de prevención para las hepatitis A y B, además ha incluido los fármacos contra este virus dentro de su Lista Esencial de Medicinas y recomienda de diferentes Estados también lo adopten. Además, está desarrollando nuevas guías de tratamiento de la hepatitis C.
(Con información de El Mundo.es)
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