Shaquille O’Neal está en Cuba.
Foto: Fernando Medina/
Cachivache Media
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Benjamín Morales Meléndez
Fuente, Cuba Debate
Shaquille O’Neal bajó del bus que lo llevó a las canchas de 23 y B, un punto que es conocido en la capital cubana como cuna del baloncesto callejero, y de inmediato su enorme tamaño causó conmoción: “¡Asere, ese tipo es grande!”, gritó un moreno sorprendido por el imponente exjugador de la NBA.
Al final de la jornada, sin embargo, cuando Shaquille ya se marchaba, los cubanos no se sentían cautivados por su estatura y corpulencia (7’1” y 350 libras), más bien se vieron conquistados por el carisma y el don de gente de esta gloria del baloncesto, quien enamoró a niños y adultos con su sonrisa y carácter bromista.
“Yo le quiero dar las gracias a Shaquille O’Neal por venir a Cuba. Es un favor que nos hace, porque aprendemos de él y no todo el mundo está dispuesto a hacer esto. Gracias Shaquille por ayudar a Cuba”, dijo a El Nuevo Día el joven Jordan David, de 15 años y quien, como O’Neal, juega como centro y estuvo presente en la clínica que el 15 veces todos estrellas dio el domingo.
O’Neal llegó a Cuba el sábado como embajador deportivo del gobierno estadounidense y por dos días dará clínicas deportivas en diversos puntos de La Habana. También se reunirá con personalidades del deporte y el baloncesto de Cuba, además de entrenadores y maestros de baloncesto. No es la primera figura de la NBA que viene a La Habana, antes lo hicieron Steve Nash y Dikembe Mutombo. Él, sin embargo, ha causado más conmoción, porque dispara una que otra frase en español, con su característica voz profunda, lo cual encantó a los cubanos.
“Este es tremendo tipo, humilde y tranquilo, parece cubano”, dijo riendo Roberto Pereira, un vecino del céntrico barrio habanero de Vedado, donde se dio la primera de la serie de clínicas.
“Shaq” se gozó la tanda. Hizo bromas, dio tapones, lanzó terriblemente célebres tiros libres, persiguió niños por la cancha, actuó com árbitro malvado, se tomó mil fotos y “selfies”, y, sobre todo, enseñó algo de baloncesto a un país que fue cimero en ese deporte y hoy pasa una crisis.
“Tener este tipo de jugador aquí es muy importante para el desarrollo del deporte. Él es el mejor pívot de la historia en el baloncesto y agradecemos que venga a Cuba. Sé que este tipo de visitas no expone a otras visiones que hacen falta que el baloncesto cubano pueda volver a la gloria que tenía”, dijo la ex integrante del Equipo Nacional de Baloncesto Femenino de Cuba, Judith Hernández.
Shaquille está encantado con su visita, pues ha sentido el cariño de la gente en la calle y espera poder aportar a que el baloncesto renazca en Cuba.
“La gente sabe quién soy aquí. Me ven en la calle y me dicen: ‘eh, tú jugabas con el Miami Heat, con Wade’. Es gratificante estar en este país que tiene tanta historia en el deporte”, dijo O’Neal. “Estar aquí como embajador del deporte es una oportunidad única y doy las gracias al pueblo cubano por recibirme y permitirme compartir algo de mis conocimientos del baloncesto con ellos”, agregó.
“Espero que estas clínicas ayuden a formar jugadores y mejorar el baloncesto en Cuba. Me encantaría ver que uno de estos niños o jóvenes que tenemos aquí algún día llegue a jugar en la NBA”, expresó.
(Tomado de El Nuevo Día/ Cachivache Media)
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