Especial/Noticias A Tiempo.Net
E-mail: josemlct11@hotmail.com
¿Qué es delinquir? Es cometer un delito. ¿Y que es un delito? Es violar la ley. Entonces, ¿qué hace un juez, político o general cuando viola el Código Procesal Penal? Usted tiene la respuesta. Por tanto, no se puede afrontar la delincuencia haciendo lo mismo que aquellos que mantienen en zozobra a un país. Violando la ley no se puede hacer cumplir la ley.
El general José Acosta Castellanos tiene muy buena intención y considero debemos apoyarlo en cada una de las medidas que estén dentro de la ley. Pero resulta paradójico que nosotros exijamos a los jueces que se cumplan las leyes y hasta pedimos reformar los códigos jurídicos que tenemos, sin embargo, incentivamos a un general a que viole esos mismos códigos legales.
Debo señalar lo que todo ciudadano de a pies sabe, pero que en su desesperación por los constantes atracos y robos que se han desatado en los últimos días ha olvidado. Y es que las medidas del General de colocar las imágenes de supuestos delincuentes en su cuenta de facebook sin haber sido juzgados por un juez y declararlos culpables, no elimina la raíz del problema de la delincuencia.
Es como aquel individuo que tiene un árbol de naranja en el patio de su casa y como no quiere ni verlas en pintura las arranca todas hasta dejar el árbol pelado. Sin embargo, deja plantado el árbol en el mismo lugar y olvida que los frutos surgen por una razón: la genética del naranjo es dar naranja.
Algo parecido está haciendo el general, quien recientemente dijo, “o se van a retirar de las calles o los vamos a retirar nosotros. Los que creen que esto es tierra de nadie se acabó”. Mostrando con esto que sus medidas no atacan la raíz del problema. Se concentra en eliminar los frutos mientras la fuente sigue ahí.
Los delincuentes son los frutos de un árbol llamado sistema de poder corrompido. Mientras quienes nos dirijan dejan que un legislador se lleve a sus bolsillos miles de millones de pesos de los recursos del Estado, recursos que pagan los ciudadanos de a pies, entonces no habrá con que trazar las políticas de salud, educación de calidad y fuentes de empleos para cortar de raíz las precariedades que promueven la vagancia, la falta de oportunidades y el que una adolescente traiga al mundo una criatura que al final de cuenta podría seguir su derrotero o posiblemente irse por un camino delictivo.
Hasta la misma Policía Nacional sufre las consecuencias de la corrupción de cuello blanco que se traga los recursos que servirían para pagarles un mejor sueldo, un seguro de salud de calidad, con casas dignas y hasta equiparlos con buenos vehículos y aparatos electrónicos para afrontar el delito. ¿Usted cree que un país donde el pueblo tenga garantizada salud, buena educación, trabajo que les permita comprar una vivienda y comprar alimentos va a dedicarse a delinquir para perder la libertad bajo esas condiciones?
Es cierto que en países como Islandia, Los Países Bajos, Irán u otras naciones desarrolladas donde hay justicia, trabajo, seguridad social, alimentación y otros servicios básicos se presentan casos de delincuencia. Sin embargo, los casos son muy mínimos y son provocados por la avaricia y no por la necesidad o un sistema de poder corrompido.
Y por otro lado, el general de la Policía Nacional en Santiago está dando muestra que el sistema judicial es deficiente, pues ellos apresan a los delincuentes y los ponen a la disposición del Ministerio Público y al final son liberados.
El lema de la Policía Nacional es: ¨ley, orden y disciplina¨. De manera que ella está para hacer cumplir la ley, el orden en la sociedad, no para motivar a lo contrario.
Es verdad que en Estados Unidos la Policía arremete contra delincuentes. Pero muchas veces eso lo hacen cuando el individuo comete desacato o intenta afectar la integridad del ese agente, cosa que es correcta que se defienda como contemplan las leyes estadounidenses. Ahora bien, esa patrulla tiene una cámara grabando todo lo que el haga y si se comprueba que cometió un abuso es juzgado en un tribunal y condenado.
Reitero, la desesperación del pueblo más la presión que reciben las autoridades policiales, los están llevando por un camino que no elimina de raíz el problema de la delincuencia, sino que desvía la atención de los verdaderos culpables de la podredumbre que nos afecta: la corrupción de cuello blanco.
Es cierto que en países como Islandia, Los Países Bajos, Irán u otras naciones desarrolladas donde hay justicia, trabajo, seguridad social, alimentación y otros servicios básicos se presentan casos de delincuencia. Sin embargo, los casos son muy mínimos y son provocados por la avaricia y no por la necesidad o un sistema de poder corrompido.
Y por otro lado, el general de la Policía Nacional en Santiago está dando muestra que el sistema judicial es deficiente, pues ellos apresan a los delincuentes y los ponen a la disposición del Ministerio Público y al final son liberados.
El lema de la Policía Nacional es: ¨ley, orden y disciplina¨. De manera que ella está para hacer cumplir la ley, el orden en la sociedad, no para motivar a lo contrario.
Es verdad que en Estados Unidos la Policía arremete contra delincuentes. Pero muchas veces eso lo hacen cuando el individuo comete desacato o intenta afectar la integridad del ese agente, cosa que es correcta que se defienda como contemplan las leyes estadounidenses. Ahora bien, esa patrulla tiene una cámara grabando todo lo que el haga y si se comprueba que cometió un abuso es juzgado en un tribunal y condenado.
Reitero, la desesperación del pueblo más la presión que reciben las autoridades policiales, los están llevando por un camino que no elimina de raíz el problema de la delincuencia, sino que desvía la atención de los verdaderos culpables de la podredumbre que nos afecta: la corrupción de cuello blanco.
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