Alexis Rodríguez
Especial/Noticias A Tiempo.Net
E-mail: josemlct11@hotmail.com
La libertad de expresión es un derecho conferido a todos los dominicanos en la Constitución de la República.
Nuestro país goza del privilegio de poder expresarnos con libertad, siendo responsables de lo que decimos y hacemos.
Y que bueno que podamos hacer uso de ese derecho para compartir algo tan valioso y tan importante como la Palabra de Dios.
En momentos como los que vive nuestra sociedad es necesario que las personas escuchen la Palabra de Dios, la cual tiene poder, es viva y es eficaz, capaz de transformar vidas.
Se argumenta que algunos predicadores callejeros inoportunan la tranquilidad, el descanso y el desempeño laboral; a muchos les molesta bastante y se quejan, provocan que las autoridades policiales y municipales impidan que estos predicadores compartan la Palabra de Dios, cumpliendo la gran comisión: Id y predicad el Evangelio (buenas noticias) a toda criatura; el que creyere y fuere bautizado será salvo, más el que no creyere será condenado.
En ocasiones estos impedimentos se hacen de manera violenta e irrespetando la dignidad humana. Es muy cuestionable la forma en que se llevan a cabo.
Los pensamientos y las intenciones del corazón de los hombres es de continuo hacia el mal. Satanás ha entenebrecido el entendimiento de la gente para que no escuchen la Palabra de Dios. La mayoria de munícipes prestan atención y celebran cosas que en nada glorifican a Dios.
De muchas maneras se altera evidente y masivamente el orden en nuestra ciudad. He aquí dos ejemplos:
1. Las promociones sónica/visual de nuestras campañas políticas. Nos saturan, no respetan nada ni a nadie. Pero nadie dice nada. Los parques y plazas son blancos para la permanencia de esas difusiones políticas, aprovechando el flujo de personas. Los politicos son responsables de la mayor contaminación sónica y visual de nuestra ciudad. Pero al parecer eso no le molesta a nadie. No hay impedimento a estas acciones.
2. La celebración del carnaval. Un vivo ejemplo de desorden en todas sus manifestaciones. Es un verdadero caos. Pero multitud de gente que dice ser muy "cristiana" se involucra en esto y lo disfruta y para nada le molesta. Jesucristo dijo: Este pueblo de labios me honra, más su corazón está lejos de mí. Dicho sea de paso, el carnaval en nada glorifica a Dios, es una fiesta pagana disfrazada de folklore.
El Apóstol Pablo predijo que en los postreros dias la gente amaría lo malo y aborreceria lo bueno. Los hombres aman más las tinieblas que la luz, porque sus obras son malas.
Ese mismo Pablo (Saulo de Tarso) pidió cartas de las autoridades para perseguir a los que trastornaban el mundo con la predicación de la Palabra de Dios (presentando a Jesucristo como el único camino a la Salvación). Porque no hay otro nombre dado a los hombres en quien podamos ser salvos; sólo en el nombre de Jesús. Ese Saulo camino a Damasco fue tumbado a tierra, perdiendo la vista por el refulgor de una luz que desde el cielo le habló y le dijo: Saulo, Saulo ¿Por qué me persigues? Dura cosa te es dar coses contra el aguijón. Saulo persiguiendo a los que predicaba acerca de Jesús, perseguía al propio Señor. Dura cosa es caer en mano del Dios Vivo.
Creo que es tiempo de que el orden se establezca; pero respetando los derechos y haciendo cumplir las leyes de manera justa y sin excepción. Si se requiere permiso para predicar en esos lugares públicos que los interesados lo soliciten; y que las instituciones competentes no se lo nieguen. Que se establezcan horarios y que las entidades a las que pertenecen estos predicadores se hagan garante. Que los predicadores ejerzan su derecho con mucho respeto. Internamente, estos predicadores se someterán a las directrices que sus autoridades superiores le trazen para bien de todos y sobretodo para que Dios sea en gran manera glorificado.
Pero también se espera que se regulen las promociones políticas con sonidos estridentes, con los famosos equipos "tumba cocos". Que se logre descontaminar visualmente la ciudad infectada con letreros, vallas, afiche y otros recursos gráficos. Así también que se ponga fin a la caótica situación que genera la celebración del carnaval en nuestra ciudad.
Que los ciudadanos creamos conciencia y respetemos todas las leyes; y seamos capaces de hacer uso de todos nuestros derechos. Que nuestras autoridades sean los primeros en darnos el ejemplo.
Si, es tiempo de Vivir en Orden!
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