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“Lo esencial es invisible a los ojos”, esta frase quizá sea una de las más escuchadas desde la niñez, pero: ¿qué esconde el libro de donde proviene? El Principito es una obra maestra de la literatura, con un amplio enfoque filosófico que traspasa las fronteras geográficas y temporales. A la lista de los volúmenes más leídos, traducidos y vendidos habría que sumar otra característica: ser uno de los más queridos y admirados en el mundo. Un clásico encantador y atemporal capaz de acariciarnos el alma.
Escrito por Antoine de Saint-Exupéry y publicado por primera vez el 6 de abril de 1943, se ha traducido a más de 300 idiomas. Su estilo de escritura es poético y con un elevado contenido metafórico, lo que lo hace accesible y atractivo para lectores de todas las edades.
La historia comienza cuando un piloto perdido en el desierto del Sahara se encuentra con un joven príncipe. Narra las experiencias del principito luego de abandonar el pequeño asteroide que consideraba su hogar y cuenta su viaje a través del universo, donde visita diferentes planetas y conoce a diversos personajes. Estos últimos representan indistintamente una idea o un valor específico, lo que permite al autor explorar una variedad de temas como la soledad, la importancia de mantener el corazón joven y de ver más allá de las apariencias.
Posee una redacción sencilla que a menudo aparece acompañada de ilustraciones hechas por el propio autor. Esta combinación de texto e imágenes crea una atmósfera única que invita al lector a sumergirse en su mundo. Quizás el tema principal es la conducta humana desde la perspectiva infantil, pues se incluyen críticas sociales dirigidas a la “extrañeza” con la que los adultos ven el mundo.
A pesar de ser una obra aparentemente simple, ha sido objeto de múltiples interpretaciones y análisis, lo que demuestra su verdadera complejidad. Se destaca el valor de la amistad, reflejado principalmente en el personaje de la zorra, y que el “hacerse mayor” no implica necesariamente la pérdida de la inocencia y el espíritu, aunque es algo que suele pasar.
Esta es la historia de chicos y grandes, del extenso mundo que nos rodea y de los pequeños mundos en los que a veces aterrizamos. Una oda a la vida, una crítica a esas cosas que tanto nos preocupan y nos limitan cuando llegamos a la edad adulta. Es la visión de un niño, el que somos o el que fuimos, también el que siempre seremos por dentro.
El célebre autor de El principito, Antoine de Saint-Exupéry, nació en Lyon, Francia el 29 de junio de 1900. Fue novelista y aviador. Su padre falleció siendo muy joven y con su muerte dejó a cinco hijos, los cuales fueron acogidos por una tía abuela en el seno de una familia acomodada; allí creció bajo el cuidado de su madre y otros parientes.
Pese a haber sido rechazado por la Escuela Naval, cumplió servicio militar en 1921, durante esta época se consagró como piloto. Desarrolló su vocación literaria a la par que ejercía su profesión. En un viaje que realizó al desierto del Sahara encontró la inspiración que posteriormente materializaría en su obra cúspide, considerada una de las mejores muestras literarias del siglo XX.
Tras ser llamado a filas en 1939 y participar en varias misiones aéreas, abandonó Francia una vez producida la ocupación alemana, instalándose en Estados Unidos con el firme objetivo de convencer a los norteamericanos para que entraran en el conflicto mundial. En ese lapso de tiempo escribió El principito.
No parece haber momento más propicio que un conflicto bélico para escribir una obra con este alto grado de sensibilidad. Pocos contextos deben trastocarnos tanto por dentro como una contienda de la magnitud de la Segunda Guerra Mundial, y resulta fascinante cómo en situaciones tan caóticas puedan nacer estas historias.
Antoine de Saint-Exupéry salió en un vuelo de reconocimiento del avance de las tropas nazis en Italia en julio de 1944 y no se supo más de él, desapareció en el Mediterráneo. No fue hasta el año 2000 que encontraron los restos del avión y un brazalete con su nombre y el de su mujer, Consuelo.
Frases del libro:
«Solo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos».
«Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, desde las tres yo empezaría a ser feliz».
«Es una locura odiar a todas las rosas porque una te pinchó. Renunciar a todos tus sueños porque uno de ellos no se cumplió».
«Si alguien ama a una flor de la que solo existe un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es suficiente para que sea feliz».
«Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante».
“Los hombres de tu tierra, cultivan cinco mil rosas en un mismo jardín (…) y no encuentran lo que buscan (…) Y sin embargo, lo que buscan podría encontrarse en una sola rosa o en un poco de agua”.
Curiosidades sobre la obra:
A pesar de que el autor era francés, su cuento se publicó por primera vez en los Estados Unidos. En Francia no se pudo imprimir hasta 1946 a causa de la Segunda Guerra Mundial.
Es el libro más leído en francés, se han vendido más de 140 millones de copias a nivel mundial.
El asteroide B612 realmente existe. Se encuentra en el cinturón de asteroides que está entre las órbitas de Marte y Júpiter.
En 1987 se rebautizó un asteroide con el nombre de 2578 Saint-Exupéry, en honor al autor.
El manuscrito con las ilustraciones originales, de unas 140 páginas, estaba guardado en una bolsa de papel. Saint-Exupéry lo dejó en casa de un amigo en Estados Unidos antes de volver al ejército francés. Actualmente se encuentra en la Biblioteca Pierpont Morgan de Nueva York.
Existe un billete bancario francés con valor de 50 francos en homenaje a Saint-Exupéry, con su foto y una imagen del famoso Principito. También se puede apreciar una avioneta y la serpiente que se ha comido al elefante.
Orson Welles compró los derechos para realizar la película junto a Walt Disney al enamorarse del libro, aunque nunca se llegó a realizar debido a que Disney consideró que una historia tan buena eclipsaría al resto de sus películas. Aún se conserva la adaptación del guión realizado por Welles.
Existe un parque temático, llamado Le Parc du Petit Prince situado en Alsacia, Francia.
El piloto refleja al propio escritor, la rosa es su esposa Consuelo y el Principito podría representar un Saint-Exupéry más joven o quizás el hijo del aviador Charles Lindbergh, quien vivía cerca del escritor. Los baobabs, que destruyen planetas con sus raíces, son un claro ejemplo del nazismo y de cómo quería dominar el mundo entero imponiendo su ideología.
Hay varias personas que han estudiado la obra de Saint-Exupéry minuciosamente y afirman que el autor pudo inspirarse en La Sirenita, de Hans Christian Andersen, obra que leyó mientras se recuperaba de unas lesiones en el hospital.
(Por: María Karla Pérez Romo y Odalis Sosa Dencause)
Fuente: Girón
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